La mala suerte


Siempre me costó aceptar que eso existía. Siempre he sido un tío afortunado, sin grandes tropezones en la vida. Según Batman (ver entrada anterior), al final uno se cae para aprenderse a levantar, no? Pues yo ni siquiera me he caido como para sentirlo.

Así que no soy supersticioso, a pesar de que esta afortunada vida ha estado llena de anéctotas de digamos peculiares incómodas situaciones.

Ante lo que la gente llama mala suerte, o gafe o que te han mirao atravesadamente o que te quedaste tontamente con aquella ramita de romero sin saber que la gitana que te la daba te iba a cobrar por ello; ante todas esas situaciones que se prestan para que como a Batman te tiren en un pozo lleno de murciélagos y no sepas como levantarte, en mi pueblo la gente (al menos alguna gente) acudía a un brujero o santero o babalao.

Recuerdo una amiga de la infancia a propósito de ésto. Médico ella, de una familia de médicos y psiquiatras, especializada en además de estudiar los Mediums de la Ciudad de Regla en La Habana, y también en creerse al pie de la letra cuanto fenómeno paranormal existiera y además en buscar cualquier receta para evitar el daño, o el mal o lo que fuera a perjudicar a alguien.

Ya véis que he tenido una educación completita y esmerada. Al menos he tenido amigos cercanos muy peculiares. A todos les debo una gratitud inmensa de haberme hecho totalmente incrédulo y bastante inocente a veces.

Cuando tenía ventitantos años, ya era jefe de un grupo de desarrollo en una empresa de prospección petrolera. La inexperiencia de los años mas la ambición de algún personaje, hiceron que fuese blanco de unos de esos "maleficios" preparados para quitarme del medio en aquel departamento. En concreto tenía una negra (esto no es nada peyorativo, al menos en mi cultura ni en mi vida) ,como se dice "encarnada"..."puesta" para mi persona y con el afán de joderme vivo con tal de ocupar mi puesto.

Por otra parte, yo gustosamente se lo hubiese dado, de saberlo directamente, pero lo de tonto me venía desde entonces y recuerdo que hacía todo lo contrario a lo que se suponía, pues me daba pena aquella pobre mujer, que por lo demás a nadie caía bien.

Empecé a llegar por las mañanas y encontrar mi mesa cubierta por un polvillo blanco. Yo miraba hacia el techo, de aluminio y cristal (era un centro de cálculo) y no me explicaba de dónde salían aquellos polvos. Lo siguiente fue encontrar en mi silla un manojo de hilos de colores.

Como algo inexplicable, pero que tampoco me preocupaba, se lo comenté a mi amiga la médico:

-Uhmmm malo, están tratando de acabar contigo, te tienes que hacer una limpieza a fondo.- me dijo

Yo me quedé con cara de fumador de pipa, sin entender qué era aquello precisamente. Lo de la limpieza me parecía innecesario, en un país donde yo me metía en el mar todos los días y me duchaba dos veces.

Le respondí con una de esas frases escepticas, que no ofenden, a lo cual ella sentenció:

- Tienes que hacerlo, tienes que quitarte eso que te han echado y yo no puedo permitir que te destruyan por que eres mi amigo.

Me llevó a uno de esos brujos o babalaos. Me ahorro todos los detalles del tío y del lugar, porque daría casi para una novela. Aquel individuo leyó unos caracoles y confirmó que un alma negra (claro, quien si no?, aunque lo de las almas negras no tienen color de piel negro necesariamente, no?) me trataba de hacer daño. A continuación me dió una receta para romper el maleficio, que yo escuche, tomado de la mano de mi amiga, que la apretaba cada vez que me daban un ingrediente.

La receta consistia en lo siguiente:
Debería disponer de un huevo y de un coco pelado(es decir, sin la corteza de afuera, sólo el núcleo del centro).
Despues debía escribir el nombre la persona que se suponia que me hacia el daño (la negra en cuestión) en el coco y en el huevo.
Entonces tenía que ir a una interseccion de calles (4 esquinas), pasarme aquel huevo y el coco por todo el cuerpo al mismo tiempo que debía repetir:
Como mismo se rompe este coco (o huevo), se romperá tu brujería...y debía romper contra el suelo el coco/huevo.

Salimos de casa, a regañadientes yo, una tarde-noche llena de relámpagos y lluvia. Yo iba con un pantalón corto (en el tropico hace calor) y un impermeable de mi padre encima y ella iba con un paraguas negro.

A cada esquina que llegábamos, ella me decía, aqui y yo le daba de largas, en cualquier sitio me parecía vergonzozo aquello.

Hasta que finalmente mi amiga me amenazó con abandonarme en aquella tarea. Así que me decidí. Cogí el coco y lo tiré con todas mis fuerzas, pensando que un coco es dificil de romper.
Aquello sonó como una explosión, por lo que echamos los dos a correr.
Despues de dos calles corriendo, ella me preguntó...¿y el huevo?

Y alli fue donde yo caí que algunos tropiezos tendria en el futuro...el huevo permanecía en mi mano...a pesar de que regresé corriendo y le tiré en aquel lugar, algo había salido mal en mi aventura anti-brujería.

Por eso cuando ahora no me toca la lotería, pienso en aquél dichoso huevo.

Comentarios

Vintage ha dicho que…
Mira yo q soy de madre andaluza, esceptica ( yo), no dejo de tirarme la sal cuando se cae, no paso por debajo de una escalera y cuando veo un cohe fúnebre, me doy palamadas en la cabeza
Lo s´´e soy una mierda de esceptica, pero es q la sangre andaluza tira mucho

Lo del coco y el huevo seguro q una noche de fiesta busco una intersección ( q encontrarla será dificil), y lo hago seguro lo hago, si me conoceré yo
muakkkkkkkkkkkkkkkkk
Alberto ha dicho que…
Bolero:
A mi me da muchísima pereza tirar hasta la sal y no sé por que mi mente se resiste a todo eso... así que habrá que aceptar "la mala suerte" como parte de las cosas que te pasan en la vida.
Desde luego, salao soy :-)
mas besos
Lau ha dicho que…
jejej oye me da muchisima gracia tu anécdota,y el consuelo de que ahora la brujeria debe haber disminuido sobre todo esa,por que el huevo esta a ¡4! PESOS CUBANOS,jejejej asi que nada,besos muchos para ti,trataré de ver la película (quemar despues de leer) a ver que tal.Has leído GeneraciónY esta muy interesante en esta semanas.
Bueno besos
Laura
Alberto ha dicho que…
Lau, me alegra verte por aquí. Si lo de la crisis cubana (muy distinta a la que tenemos aqui) imagino que habrá marcado la brujeria cubana...o habrá una asignacion para ese tipo de cosas en la cartilla de racionamiento.
Besos

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