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El hombre de aquella casa en su puerta

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Un pueblo esconde muchas historias. Muchas vidas pasadas, y también muchas actuales que no se ven. Que permanecen en el limbo sin que sus propios habitantes se den cuenta de que forman parte de una historia actual, y a veces oscura por lo oculta o por lo poco evidente ante la evidencia total. Pasaron tres días antes de recibir el segundo paquete. Este tenía un color amarillo más pálido, como si se hubiese humedecido y secado al sol. Menos abultado quizá y por el tacto mas que papeles contenía unos pedazos duros, piezas sueltas de algo que en su totalidad no parecía configurar nada. Le abrió y entonces vio la empuñadura del bastón, de metal, cobre quizá, con la forma de cabeza de un perro de caza. La madera que soportaba la empuñadura estaba truncada, con un corte reciente hecho aparentemente a mano, o al menos sin usar ninguna herramienta de cortar. Además, tres plumas de pavo real llenas de motas de polvo, un espejo de mano, al cual se le estropeaba el azogu

La entrega del tiempo en tu puerta

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Llevaba toda la mañana viendo descargar el camión: muebles viejos, colchones usados, revistas, periódicos y carpetas de cartón rebosantes de papeles. Era un poco incomprensible (si algo hay que comprender), pero la diferencia entre  reciclar muebles para una vivienda (como lo hizo en esa casita en la montaña) y acumular trastos de todo tipo, sin sentido,  además de lo inservible de la mayoría, era grande. Y como en esos sitios que se prestan a la vida contemplativa, de abrumador paisaje, la curiosidad por otro ser humano que hace tareas que resultan inexplicables se convierte casi en una obsesión. Aún así, a la semana siguiente ya había prácticamente olvidado el suceso cuando recibió el primer paquete. Abrió  la puerta de la entrada y al mirar hacia la verja del muro de piedra, vio el sobre. Un sobre amarillo, un poco mas grande de lo que comúnmente se ven, y abultado hasta el extremo del papel. No había ningún papel o indicación en él, ni tampoco ningún trazo de letr