Ya no era nada especial, sólo es que el entorno se había tornado demasiado mediocre, aún para una vida normalita y sin sobresaltos como la suya.
 
 Las noticias políticas, las informaciones de la prensa, el mejunje de la vida de los demás empujadas con cucharadas cada día (ese articulo de Belén Esteban en el país desde hace mas de 15 días en primera plana), le hacían pensar de que ya no pertenecía aquí.
 
 ¿A dónde entonces? Por mucho que nos planteemos que siempre se puede empezar de nuevo, cada día es más difícil, sobre todo si el empezar de nuevo significa volverse a tropezar de las cosas que huíamos.
 
 Si observas de cerca un monje (no es fácil tener uno cerca, y menos tener tiempo para observarlo detenidamente), puedes apreciar que si contempla ensimismado la naturaleza, o lo que le rodea, logra hacerlo con una verdadera distancia de espectador, no de partícipe.
 Muchas horas de introspección cuesta hacerse con este aislamiento.
 
 Muchas horas de introspección significan muchas ...
 
Comentarios
Juncal.
De verdad.
De corazón.
He disfrutado mucho con lo que publicas.
Tus posts sobre el Moscú de la guerra fría han sido fantásticos, y cualquier tema sobre el que has escrito siempre me ha resultado interesante.
Te voy a encontrar a faltar.
Ojalá que algún día vuelvas.
Un abrazo.
A mí no me cargaba el vídeo, se veía un cuadrado blanco con la palabra Adiós encima.
Me alegro.
Saludos.
Debo tener mi ordenador hecho un churro, me di un susto tremendo, de pronto desaparecieron todos los vídeos que tenía en mis entradas, pensé, ya me he cargado el blog, pero no, debe ser el ordenata, porque tampoco veo este vídeo, sólo un cuadro blanco. Espero que sea así y que se puedan escuchar los vídeos, mañana lo comprobaré desde el curro.
Otro beso, Alberto.