¿Querré hacer ese viaje?

Me gusta que me enseñen cosas, lugares, gentes. A pesar de que disfruto mucho viajando solo, es precisamente porque uno siempre encuentra un inesperado Cicerone que te enseña el lugar y te muestra no sólo el sitio, sino también con suerte te enseña cómo le ve él o ella, o los de allí. Recuerdo la primera que estuve en Amsterdam, conocí a un tío, en el bar del hotel donde me hospedaba, que me enseñó gran parte de la ciudad. Curiosamente el tío en cuestión tenía un negocio propio, del cual él era el único empleado a tiempo completo y consistía en ser webmaster de una web porno. Suena eso de tópico Amsterdam y el porno, sin embargo aquél chico me enseñó donde estaban los principales museos y gracias a su insistencia le debo haber prestado mas atención a los Rembrandt que a los Van Gogh. En Toronto, el año pasado, encontré a una chica llamada Cindy . La conocí en la cola del autobus del aeropuerto a la ciudad, me estuvo hablando durante el trayecto que comprendía todos los medios de t

...la gente hace la vida mucho peor de lo que debe ser ... siento decir que somos una especie fallida... Boris Yellnikoff Si la cosa funciona ( Whatever works ) Crítica: Cinebulosa. Sergio Roma Blog de Cine Terra NY Magazine

A veces soy ese moro que cruza la calle, da igual marroquí o tunecino. A veces soy yo que no cree en el Corán ni en la Biblia, pero que cada sábado va a la mezquita a encontrar algún igual con quien hablar. A veces soy esa gallega recién llegada de un pueblo de Lugo, que no disimula su acento, que aún no comprende esta ciudad, tan pueblerina a veces y tan cruel casi siempre. A veces huyo de esas imágenes del maltrato y sigo viendo los torpes hombres de la aldea vestidos de chaqueta y corbata. Veo en sus rostros el desprecio a todos y especialmente a todas. A veces logro se ese rubio de Europa del este. Que se afana por conseguir el dinero. A quien si hay trabajo en la construcción le encontrarás allí y si no, estará rondando alguna urbanización para ver que encuentra: una bicicleta abandonada, un chándal de marca en una tendedera. A veces soy ese mileurista, a quien sus padres aún le ayudan para poder vivir en un piso compartido. A veces soy el mas entusiasmado y otras no tanto, como c

A propósito de estos días y el evento que se celebró en Madrid sobre contenidos digitales FICOD asistí a una charla que daba un representante de una muy grande casa editora de nuestro país. Como en parte tiene que ver mucho con mi trabajo, además procuro estar al tanto de las nuevas tecnologías y que recientemente me he comprado un ebook, o mas propiamente dicho, un libro electrónico, asistí al evento. Debo declarar que a mi me gustan los libros. Me gustan los libros de papel. Me gustan las carátulas, la textura del papel, el olor cuando es nuevo e incluso el olor cuando se hacen viejos en las estanterías de mi casa. Me gusta a veces anotar alguna tontería y meterles marcadores inverosímiles que generalmente proceden del lugar donde he estado leyendo el libro. Así tengo libros con papel de fumar comprado en Ámsterdam, estampitas de vírgenes de alguna iglesia de Roma o esas pequeñas tarjetas de publicidad de sitios de streaptease en Berlín. Además completan mi colección papeles de

Hay un espantoso programa de televisión que se llama "El aprendiz". Primero tengo que pedir disculpas por ver la tele. Yo ya no me lo perdono, así que espero que seáis menos severos. En ese programa hay un señor, muy poderoso en el mundo de la comunicación, que demanda de un grupo de ... pobres aprendices de no se qué una serie de tareas. El premio final de este reality show es un puesto de trabajo con un salario de 120 000 euros (o algo así). No quiero ser maleducado y decir que lo que se pretende es que sean aprendices de "gilipollas" o de "trepas". Las palabrejas competitividad, agresividad, high performance, etc. y muchas mas palabrotas que se han instalado en el mundo empresarial me causan una furia sorda y no apelo a las armas de fuego por la aversión que me causan. Creo que para realizar un trabajo bien, profesional y del cual uno se sienta satisfecho del resultado (y eso, créanme, es mucho) no hace falta establecer una competencia con nadie, ni mos

Hace muchos años que practico yoga. No recuerdo exactamente cuando empecé, quizá de adolescente, animado por una amiga esotérica que se apuntaba a cualquier cosa desconocida y exótica (en el trópico). Entonces no sabía muy bien de qué iba aquello ni para qué me servía, pero aprendía las asanas con aplicación y las hacía muy de vez en cuando. Luego se sucedieron temporadas intermitentes de yoga, algún año en la universidad, unas clases de yoga-socialista en la URSS donde el profesor nos exigía las posiciones como si fuésemos gimnastas de competición...y así podría rememorar muchas veces donde se repetía la historia del yoga, con diferentes profesores y quizá con matices diferentes de mi parte. Finalmente creo que le hallé algún sentido a aquello, que poco a poco empecé a disfrutar. Hasta hace 4 meses solía ir dos veces por semana a las clases de yoga que se imparten en el macro-gimnasio de mi trabajo. A pesar de que la profesora parece uno de esos seres etéreos y bondadosos, que acarici

"Los que se fueron cuando todo nos parecía eterno, siguen aquí dentro en esa infinitud que nos conserva adolescentes. Están en nuestras fotos y en nuestras mejores leyendas. " Wendy Guerra Este es un otoño extraño, atípico para mí. Creo ser un tipo de libertades. De libertad personal y de libertad colectiva. Detesto que me aten, que me condicionen, que se hagan con mi mente o con mis afectos. Entonces no puedo soportar ciertas cargas y huyo. Quizá eso lo aprendí con tantas despedidas. Curiosamente, a pesar de todo eso, conservo amigos de la infancia y la adolescencia, por ejemplo Sinplan. Algunos mas también. Algunos lejos, otros cerca. No importa, los siento como igual. Contradictoriamente suelo permanecer bastante tiempo en mis centros de trabajo.Llevo casi nueve años en la misma empresa. Sigo frecuentando antiguos compañeros de hace cinco, diez y quince años. Llegué a Madrid, me mudé para un barrio y llevo en él veinte años. Siento mi casa en Segovia casi como la de nac

muchos, muchos muros mas, he aquí algunos de ellos.. Ceuta y Melilla Sahara Cisjodania México - USA

... En este marco, la irrupción de la actual crisis económica ha revelado los defectos orgánicos del presente modelo occidental de desarrollo impuesto al resto del mundo como el único posible. Asimismo, demuestra que no solamente el socialismo burocrático sino también el capitalismo ultraliberal tiene la necesidad de una profunda reforma democrática y de la adquisición de un rostro humano, una suerte de perestroika propia. Mijaíl Gorbachov Tomado de El País.

Mi primera vez en Berlín no vi Berlín. Era el año ochenta y algo y mi vuelo hacía escala en Berlín oriental con destino Moscú. Desde los lejos, en la acristalada sala de espera trataba de reconocer el famoso muro que dividía Berlín Oriental de Berlín Occidental, el capitalismo del socialismo, el bien del mal. A pesar de mis empeños no pude cerciorarme si aquello que miraba en la distancia podía ser aquél muro... no tenía a quien preguntarle y estaba seguro de que de hacerlo a cualquier personal del aeropuerto o a cualquier pasajero del campo socialista (eran los que se movían por allí) recibiría una mirada de sospecha y posiblemente una respuesta ambigua o inexacta. Así pasé por Berlín sin apenas darme cuenta. Años mas tarde, en el año 2005, después que había caído el muro y Berlín era uno solo me fui con unos amigos, no con mucho entusiasmo. Berlín se me antojaba una ciudad fría y mi visión de los alemanes estaba determinada por los técnicos de la antigua RDA que llegaban a Cuba, estú

Contrucción Caída