El nuevo asceta

Ya no era nada especial, sólo es que el entorno se había tornado demasiado mediocre, aún para una vida normalita y sin sobresaltos como la suya.

Las noticias políticas, las informaciones de la prensa, el mejunje de la vida de los demás empujadas con cucharadas cada día (ese articulo de Belén Esteban en el país desde hace mas de 15 días en primera plana), le hacían pensar de que ya no pertenecía aquí.

¿A dónde entonces? Por mucho que nos planteemos que siempre se puede empezar de nuevo, cada día es más difícil, sobre todo si el empezar de nuevo significa volverse a tropezar de las cosas que huíamos.

Si observas de cerca un monje (no es fácil tener uno cerca, y menos tener tiempo para observarlo detenidamente), puedes apreciar que si contempla ensimismado la naturaleza, o lo que le rodea, logra hacerlo con una verdadera distancia de espectador, no de partícipe.
Muchas horas de introspección cuesta hacerse con este aislamiento.

Muchas horas de introspección significan muchas horas divirtiéndose con uno mismo, cosechando material para brindarse a sí. Una suerte de onanismo que tiene que generar imágenes propias de sus genitales o de cualquier fantasía (qué palabra) soñada o quizá experimentada alguna vez.

Hay mucho sexo en uno mismo como también hay mucho divertimento hacia dentro; especialmente cuando la opción de la vida real nos aleja cada vez mas de la vida.


Algunos le llamarían alienación, pero me pregunto si no será el resto lo que estará alienado (El infierno son los otros, dijo Woody Allen).

No sabía cuánto tiempo duran las etapas en la vida ni cuándo se da cuenta el individuo que pasa de un ciclo a otro. Nos vamos sumergiendo en algo que nos rodea y observamos cómo nuestra vida recibe otros estímulos (algunos para bien y otros para mal). Lo importante es que cuando te des cuenta que el olor a mierda te rodea...peor aún ese olor a caspa mediocre que va desde discusiones por intereses de una época que ya no es ni será, lo mejor que haces es convertirte en ese monje, que observa cómo se mueve, evoluciona o involuciona su entorno y a él no le toca, porque sólo estará bien consigo mismo.

Se aplicó una fórmula para el día a día: mientras más hostilidad o rudeza encontraba, mas amable se ponía. Por cada sonrisa y frase cortés que los demás creían recibir, él se dedicaba un 90% de ella.

Cada acción inteligente (ya se podía de hablar de inteligencia a cualquier cosa que hubiese sido sentido común), era un premio a lo que comenzó a definir como un camino en la profesionalidad del subsistir por fuera y vivir por dentro.

Por cada discusión o propuesta gubernamental absurda hizo oídos sordos y se dedicó a cumplir consigo mismo, con sólo el compromiso social individual, bastante distanciado de la hipocresía social que tantos declamaban.

A las éticas propuestas en los panfletos escritos, a los interminables discursos vacíos. a las inútiles propuestas de diálogo, hizo caso omiso y esperó que nada (ni bueno ni malo) le sorprendiera.

Para cultivarse a si mismo y alimentar esas horas de introspección, busco los libros no reseñados y vio las películas que no significaban dejarle el dinero a los negocios de unos señores. Huyo una vez mas de la mierda, de la manipulación, de la falta de rigor consigo mismo(porque con la "democratización de la cultura" todos habían terminado viendo Tele 5) .

Hay que subir la parada, se dijo a si mismo. es ahora cuando menos me puedo permitir ni un ápice de conformidad, ni dejarme llevar por la tendencia más fácil propuesta al rebaño. Por lo menos era feliz dentro de sí. La conformidad estará sólo en lo mas profundo de mí mismo y levantaré un muro sin grietas para todo el que me venga a vender una vida mejor.

Para pasar un buen fin de semana, ahora escucho éstos:

Comentarios

Magda ha dicho que…
Querido Albert:

Creo que todos en algún momento de nuestras vidas hemos de convertirnos en observadores de nuestra propia vida. Observadores atentos de lo que pasa dentro y fuera de nosotros, procurando no criticar ni juzgar (tarea bastante complicada, por demás), sino simplemente observar y, de ser posible, también escuchar y no sólo oir. Cada vez más creo que lo que "vemos" fuera es fruto de lo que pasa dentro de nosotros, a modo de reflejo, de espejo, tanto de nuestro bienestar como de nuestro malestar o indiferencia. A fin de cuentas, sólo nosotros pensamos nuestros pensamientos, sentimos nuestros sentimientos y vemos a través de nuestros ojos o escuchamos con nuestros oidos. De la responsabilidad que asumamos de este hecho (OJO: responsabilidad, no culpabilidad), creo que dependerá el grado de comodidad que sintamos de vivir la vida que hemos contribuído a crear. Estoy de acuerdo contigo en que puede resultar sabio convertirse, al menos temporalmente, un poco en asceta, porque la única relación que realmente vamos a tener "para siempre" es la que cultivemos con nosotros mismos. Todo lo demás es circunstancial. TODO. Aunque en la generación de nuestros padres y abuelos (al menos en la mía), lo de velar por uno antes de por los demás era sinónimo de egoísmo (y yo me crié pensando que amar era saber cuidar a tus seres queridos, aunque no supieras ocuparte de tí), llevo gran parte de mi vida adulta procurando reprogramarme para recordar la sabia máxima de "Amad a los otros como a ti mismo" (sin connotación religiosa, sino de simple sentido común). Cuesta ponerse en primer lugar en la vida y no dejarse afectar más allá de lo razonable por lo que pasa a nuestro alrededor, aunque creo firmememente que es la mejor contibución que podemos hacer al mundo, al menos a nuestro pequeño universo. No podemos dar lo que no tenemos. Así que DÉMONOS todo lo bueno que esperamos recibir de los demás y que, en esa misma medida, será que lo podamos ofrecer a otros. Mi humilde opinión. Gracias por compartir un poco de tu vida ;-)Magda
Juncal ha dicho que…
Pues sí, parece como si "estos dos" fueran un caso claro de que muchas veces no hace falta nada más.
¿De quién fue el descubrimiento? de aquel asceta en tercera persona o del sobrio que llevas dentro y andas buscando...
Ahora escucho eso yo también.(O lo que es lo mismo a juncal le gusta ésto).
Un beso Alberto
bambu222 ha dicho que…
Alberto percibo una actitud bastante zen en tus palabras,creo que esto puede ser muy beneficioso, a veces,pero es dificul mantenerla,los tiempos no favorecen mucho,de todas formas es sun buen jercicio mental, creo.
Preciosa música.Abrazo.
Anónimo ha dicho que…
Buena entrada. La frase que atribuyes a Allen es de Sartre.

Entradas populares de este blog

De nuevo Caramel