Aeropuerto de Fiumicino Roma.
Vos estas esperando este vuelo?
La voz venía de mis espaldas. Una voz aguda con un evidente acento argentino.
Normalmente siento una impertinencia en ese acento. A pesar de mis amigos argentinos, a pesar de las cosas que tenemos en común. Era una voz chillona, de mujer.
Lo primero que se me ocurrió preguntarle era que qué le podia importar.
Si – respondi dándome la vuelta. Me encontre frente a frente con una mujer de pelo negro, no muy alta, vestida con un vestido que parecía haber sido puesto sobre otro, y encima una camiseta. Quizá alguien con esas reminicencias hippies, de camisas de flores, de mezcla de telas arrugadas.
Me miró a los ojos desde unos ojos grandes, negros, profundos.
-Han cancelado el vuelo y busco alguien con quien compartir habitación. La compañía ha repartido las habitaciones disponibles y sólo queda una habitación libre que tendría que compartir con esa mujer gorda, que no deja de hablar de su perro, así que pensé si querias compartir la habitación conmigo.
-No- respondí automáticamente, sin haberme enterado aún que no salía mi vuelo y aún mas, que no tenía ni siquiera una habitación donde pasar la noche.
-No te hagás el duro, ves?. Pensá que te vas a quedar tirado toda la noche en este puto aeropuerto lejos de la ciudad.
Me fuí donde el personal de la compañía y efectivamente, el vuelo Roma-Madrid había sido cancelado por mal tiempo y esperaban poder salir a la mañana siguiente. Al preguntarme mi nombre y yo responder, el chico italiano me dijo en un italiano-español:
- Ahh, usted es el que comparte habiatación con la donna- señalándome a mi repentina compañera hippie.
Cuando traté de explicarle que no conocía a la señorita, el individuo apenas me escuchó, no sé si no entendía mi español o es que tenía al menos a diez personas preguntándole algo.
Me retiré a un lado y poco tiempo después le vi marchar, sin que me diese oportunidad de volverle a preguntar nada.
- Vamos, vamos- me dice la loca, que se nos va el autobús que va al hotel.
De una manera mecánica me dirigí hacia la puerta, sin apenas percatarme que mi repentina compañera de habitación caminaba a mi lado, dando largos pasos...
Me suelo sentir bastante incómodo cuando aún tengo que pensar en mi situación del momento actual y además si tengo a alguien al lado que no me deja reflexionar con una charla incesante.
En el trayecto al hotel, poco supe de ella, aunque quizá mi subconciente grabó que regresaba a Buenos Aires vía Madrid, que estudiaba Ciencias Naturales, pero que se dedicaba a hacer ropa para niños.
Al llegar al hotel dí mi nombre en la recepción, y ya había un par de llaves esperándome. Es decir, esperándonos pues la habitación ya había sido adjudicada a la Srta.... y al Sr....
Recuerdo que subí a la habitación sin mirar ni siquiera a mi lado, sabiendo que ella estaba allí y que mas que seguirme me acompañaba como si lo hubiese hecho toda la vida.
Al abrir la puerta de la habitación, dejar el equipaje y sentarme en la cama, ella pareció cambiar su tono de voz, por uno mas pausado, mas cálido. Se sentó en la butaca frente a la cama y me dijo:
- Mirá, no te tenés que preocupar por el sexo, porque yo soy asexuada.
Creo que en ese momento en lo último que pensaba era en el sexo. Así que aquello me desconcertó bastante. Pensaba mas en la ducha por la mañana, o en los ronquidos al dormir o incluso en la proximidad de los cuerpos que se desconocen mas que en el sexo en sí mismo.
- Eso para mí no es problema tampoco- me escuché decir a mí mismo. El problema es que no nos conocemos, soy bastante irascible, ronco y además detesto esperar para utilizar un baño por la mañana.
- No hay problema entonces- me dijo - Sé convertirme en invisible, no escuchar los ronquidos de nadie, ni los míos pues no ronco y esperaré a que te vayas de la habitación para usar el baño.
Quise esbozar una sonrisa, que me temo que resultó una mueca y le dije:
-Venga, de acuerdo. Ya que es inevitable..
(Continuará)
Comentarios
Tengo que reconocer que me gustan más otros acentos latinos que el Argentino.
Por otro lado, yo creo que me costaria mucho trabajo dormir con un desconocido en una misma habitacion, no estaria comodo y casi seguro que no pegaria ojo en toda la noche.
Espero el desenlace.
Un abrazo.
PD.Espero que lo esten pasando muy bien.
Venga.
Saludos.
A priori la chica parece un encanto, y no creo que sea de las que te moleste demasiado, pero ya veremos, ¿qué pasará?, ¡qué intriga!
Besos, Alberto.
lio?,cuéntanos.Abrazo silencioso.
y a lo mejor de ahí nacería una amistad por los siglos de los siglos, pero....
No. Yo me habría quedado en el aeropuerto aún sin dormir por no pasar ese trago.
Tengo ganas de saber de tu noche.
??????.
Juncal.
Recordad que esta historia puede ser real, ficción o mitad real y mitad ficción. A veces me siento un poco tramposo si veo que lo han tomado como una historia personal.
Un abrazo
Nacho:
Yo quizá este un poco acostumbrado a dormir en habitaciones con gente. estuve interno en una escuela muchos años y me acostumbre a esa pérdida de intimidad con uno mismo....lo de compartir cama si lo llevo peor...
Un abrazo
dex:
Tu con esa imparidad de abrazos :-)...El problema es que quizá cuando uno piensa que es inevitable, se podría evitar, o viceversa. De cualquier forma es un despropósito
Un abrazote
Toro:
Con suerte lo sabremos en unos días...que tal si propongo dos o tres desenlaces? :-)
Un abrazo
Irene:
Recuerdo tu entrada de Roma, y comparto el entusiasmo por esa ciudad...historias hay siempre...algunas publicables y otras no tanto
Besos
bambu222
Te aseguro que de peores historias he salido...algunas hasta con un poco mas de risa..
Un beso
Juncal:
La sociabilidad también se adquiere...la cualidad de mostrarla o no también (lo cual es muy útil). Los aeropuertos suelen ser lugares inóspitos (como los hospitales) de noche. Yo prefiero siempre irme a un hotel o hasta la calle con tal de no quedarme en ellos.
Un besote