Recordar a alguien.

A propósito de que hace poco Fátima encontró una parte de su memoria en un contestador automático, estuve revolviendo cajones y encontré una antigua libreta de teléfonos, de hace al menos 15 años.
Mi sorpresa fue grande cuando encontré frente a mí, caras que ya no imaginaba, y mas, sitios y situaciones que nunca recordé.
También encontré nombres que no pude asociar a ninguna cara, nombres como conjuntos de letras agrupadas entre sí, sin al parecer ningún significado. Cada nombre que no asociaba a algo era una espina ... algo que mi mente había evitado recordar.
Pensé entonces en toda la gente perdida. Cuántos minutos de vida tirados al vacío. Conocidos algunos, compañeros de trabajo otros... amigos, los cuales casi todos los conservo, desde los de mi mas tierna infancia hasta los que hice el año pasado. Con alguna excepción, que me duele. No suelo tener sentimientos de usar y tirar.
Detesto una anécdota acerca de mi persona, pero que doy por buena pues aunque no es de mi agrado, mucha gente corroboró su veracidad, así que no tengo mas remedio que asumirla. Creo firmemente que el olvido es el peor desprecio por algo o por alguien.
La anécdota transcurre cuando trabajaba en aquella empresa inglesa-norteamericana de Finanzas.
Era fin de año, y había un tío, aparentemente normalito, pero que alguna vez había oído alardeando de sus conquistas con las mujeres, o de lo que era capaz profesionalmente....No puedo recordar qué le oí alguna vez.
Tampoco podía decir si me disgustaba o no...para mí simplemente no existía, ni siquiera por una voluntad racionada... intuitivamente no existía para mí.
El tío en cuestión leyó con motivo de las celebraciones de fin de año, un verso dedicado a cada uno de la oficina.
La verdad que creo que es algo que todos los que estábamos allí deberíamos agradecer (yo también lo hago, en serio).
Cuando llegó mi turno, recitó unas estrofas que soy incapaz de repetir. Sé que rimaban y que venía a decir algo así "que si no le interesas a Alberto como persona, pasa de tí como de comer mierda" (creo que esto último rimaba perfectamente con el resto)
Por unos segundos me quedé pensando y me dí cuenta que la gente esperaba mi comentario-respuesta (era el procedimiento habitual de cada uno que reseñaban)
Recuerdo que dije..

- Es cierto...lo siento... ¿cuál es tu nombre?

La gente echó una carcajada general y yo sentí vergüenza al verme ingenuamente descubierto sin ningún tipo de premeditación.
Lo curioso es que aún sigo sin saber su nombre.