Las palabras dichas


Casi todos afirmamos eso de que la palabra es fuente de malentendidos. Yo además de eso reivindico el valor de las palabras.
Cada palabra pronunciada en voz alta, nos hace asumir una realidad, una idea, un pensamiento, un sentimiento incluso, una necesidad.
Una vez dichas esas palabras acerca de algo que pensábamos, o que recónditamente se encontraba en nuestra mente, nos sentimos liberados, quizá inconscientemente también, pero hemos interiorizado, exteriorizando algo que quizá no nos hemos atrevido a confesarnos.
Recuerdo una compañera de trabajo, que tenía a su anciana madre postrada, era un vegetal, que además apenas se daba cuenta de su entorno.
Mi compañera la cuidaba con mimo, y quizá por su esfuerzo y su entrega, notaba la fatiga de aquella situación en su rostro.
- Es duro, le comenté una vez...
Me respondió con ojos asustados....sí, es duro...pero es mi madre...
A lo cual añadí con un descaro e imprudencia tremenda:
- Quizá es normal que desearas que todo acabara ya....¿por que no te lo confiesas?
Titubeó, abrió la boca y la cerró esquivando mi mirada.
- Dilo, le pedí cariñosamente.
Pasaron unos segundos...y dijo con voz entrecortada mirándome a los ojos.
- Quiero que muera ya y que todo acabe.
Lloró durante un rato mientras yo le pasaba el brazo por los hombros.

Su madre tardó en morir... la ví algún tiempo después, en el tanatorio.
- Gracias por venir- me dijo, y gracias por hacerme decir aquello... me ayudó a llevarlo mejor.
No hay que temer a las palabras...sino a la ausencia de ellas.

Comentarios

Juncal ha dicho que…
Esas palabras que expresan sentimientos escondidos y que necesitamos a veces echar fuera es cierto que liberan a uno pero dañan a otros.
Nada está compensado.
Besos
Juncal
Fatima ha dicho que…
Recuerdo una sesión de terapia (hace años) que me fue especialmente útil: Xabier, me hizo decir en voz alta todas las cosas que ya no haría con Albert, todos los proyectos que ya no llevaríamos a cabo, los nombres de los hijos que no tendríamos.... Verbalizar todo aquello, a pesar de lo doloroso que fue, resultó realmente liberador. El poder de la palabra.
Y sí, tienes razón... pueden ser mucho más dolorosos los silencios.

Besos, Alberto.
sinplan ha dicho que…
Claro que las palabras no son si nadie las escucha o las lee, aunque sea uno mismo
TORO SALVAJE ha dicho que…
Las palabras son peligrosas, hay que cuidarlas mucho, pueden ser armas o caricias y corremos el riesgo de que se malinterpreten.
Por culpa de no cuidarlas han pasado infinidad de desgracias.

Saludos.
Anónimo ha dicho que…
¿No vas a aceptar mi oferta? Nunca Anónima Juncal no está en lo cierto. Siempre pensé que me descubrirías. ¿Qué es lo que silencias tú, buen samaritano?
Nacho ha dicho que…
Se digan o se omitan, las palabras siempre hacen daño, eso si, depende de quien nos las diga.
Pero... una duda, cuales hacen mas daño ¿las dichas o las omitidas?
Un abrazo
JOAKO ha dicho que…
Totalmente de acuerdo, el duelo y las palabras tienen una dimensión liturgica, de representación, una vez dichas o cumplido el duelo, todo es mejor.
Alberto ha dicho que…
Juncal:

No hay que dañar a nadie con las palabras. Hablo de verbalizar un sentimiento, decirlo a uno mismo.
Escoger a alguien?..es posible, pero quizá corremos el riesgo de que suceda lo que dices..
besotes

Fátima:

De nuevo coincidimos...No hay nada mejor que aterrizar verbalizando los hechos en las palabras.
Besos


Sinplan:

te podria decir que no hay mejor interlocutor que uno mismo...ya sabes...converso con el hombre que siempre va conmigo, quien habla solo espera hablar a D...un día. Pero esto suena muy cínico, no? :-)
Un abrazo

Toro:

Cierto que hay que cuidarlas sin perder la espontaneidad, no?. Siempre he pensado que las peores palabras son las que nos guardamos.

Un abrazo

Anónimo:

Claro que te he descubierto. Poca gente tiene esa manera especial de escribir y que además me quiera...la oferta para ir a llorar en tu hombro se que siempre estará..el mío ya sabes que es tuyo también. Que silencio?...cosas, muchas cosas...hay que seguir escribiendo este blog, no?...si ya lo hubiese dicho todo ...:-)
Besotes

Nachus:

¿crees que siempre hacen daño?....creo que son las omitidas las terribles...el problema que a veces no son ni palabras aún...son cosas que tenemos en nuestra mente que nunca llegamos a formular..
Un abrazo


Joako:

Creo que pocos hemos descubierto esa liturgia...supongo que hay que verse en una situación determinada y hacerlo para descubrir que es como si se hubiera deshecho el hechizo...para bien a veces y para mal (que es un aspecto del bien, dialecticamente hablando, no?)
Un abrazo
JOAKO ha dicho que…
Yo descubrí esa liturgia por las bravas, porque dejé de hacer un duelo, y descubrí a mi pesar que siempre es mejor verbalizar, y escenificar todo aquello que nos hace daño...si no lo terminas lamentando de una u otra manera.
Nino ha dicho que…
Las palabras oidas pueden retumbar por mucho tiempo; pero más atronan las silenciadas a los que las omiten.
Por cierto, Alberto, para conspiración, la del silencio.
Jar!!

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