Ser de izquierdas

No sé si tengo la suerte (o la desdicha), de conocer desde dentro los dos sistemas, el capitalismo y el llamado "socialismo". No se si fué una suerte de tener una familia dividida, algo que cuando llegué a España se perfilaba como "izquierdas" y "derechas".
También yo vivo entre las dos Españas, aunque como quien dice, haya llegado hace 20 años que no es nada como decía Carlitos.
He conocido gente de todo tipo, de ideologías disímiles, desde maoístas hasta fascistas.
No he tenido mucha conciencia de sentirme "latinoamericano". Lo digo con vergüenza, no sé si los del Caribe éramos entonces una raza aparte, en medio del mar, con ancestros negros y españoles y ningún indio.
Pero no se trata de razas, ni de culturas. Ni siquiera de ideologías, que siempre andan confundidas.
Cuando comencé a vivir fuera de Cuba, extrañamente Fidel Castro me parecía el tío mas de derechas que podía conocer:
Autoritario, impositivo, con valores morales muy conservadores (los de "su" moralidad claro), con un férreo control sobre los sindicatos, que no eran mas que una extensión de la maquinaria represiva.
El mismo ejemplo con matices era la antigua URSS
Por más que mis amigos de izquierda trataban de explicarme aquello yo me veía incapaz de hacerles ver que era el prototipo de los que ellos veían como la derecha. Ahora mis amigos tienen una visión mas clara y os aseguro que no ha sido por mí, que durante muchos años apenas he querido hablar de mis experiencias en la isla.
Ante tal grado de confusión, comencé a vivir y a observar y a sentirme mas cercano a esta izquierda de los países democráticos, éstos que sin ser perfectos en su democracia se puede opinar y al menos votar cada cuatro años. Pero la realidad de esta izquierda y sus reivindicaciones coincidían plenamente con las que en Cuba llamaban "contrarevolucionarios". Qué disparate.
He llegado a respetar mas a la gente por sus actos, que por sus palabras de buena voluntad o por la etiqueta que portaban. Y ése es el gran asidero de la tolerancia: el respeto.
He observado a América Latina... aunque me averguence no sentirme parte de ellos busco una y otra vez mis posibles afectos, conexiones, razgos en común.
Estudié la historia de sus pueblos tan explotados colonialmente como neocolonialmente.
No niego la historia, y alguna vez tuve muy cerca de mí, aquél libro de "Las venas abiertas de América Latina".
Pero hace tiempo entiendo cada vez menos y cada vez discrepo más.
No comprendo qué pasa con el mito cubano. No lo logro entender. No logro entender que pueblos tan represaliados por militares como Argentina, Brasil y Chile callen de esta manera tan vergonzoza.
He leído muchas cosas en estos días.
Os recomiendo esta recopilación de alguien de izquierdas, que como yo, también se ha preguntado todo esto.

Silencio Cómplice con Cuba