Escoger

Esa difícil elección. De pequeño nunca sabemos si escogimos bien el juguete que se nos brindó a nuestro hermano y a nosotros.
El típico “yo quiero el de mi hermanito” tantas veces repetido.
En la juventud la elección de las cosas se hace de una manera impulsiva: todo lo que está más cerca es lo mas apetecible quizá..
¿mas vale pájaro en mano que cientos volando?
Es muy posible, eso tiene que ver en cuánta posibilidad hay de no de tener cualquier pájaro, sino el que realmente queremos. O de si el que tenemos en la mano vale mas o no que los que vuelan, esos que son sólo ilusión.
Escoger para satisfacer nuestras necesidades.
Escoger….¿quizá tener menos al final es mas de lo que te dan otros?
No nos engañemos con las dificultades de la elección; tampoco de las falsas apariencias ni las palabras huecas…En toda la imperfección de escoger o mal-escoger siempre hay un por qué interno, que es en profundidad nosotros mismos.
Estoy convencido que en las decisiones maduras (si es que hay finalmente alguna madura) escogemos aquello que nos hace feliz, aunque sólo sea parte del paraíso prometido.
Ahora si, una vez escogido, asumamos las consecuencias…seguramente habrá sido la mejor elección.