Convalescencia
Si logro reponerme del dolor de las mañanas, me pongo un pantalón de deporte de franela y una de esas sudaderas grises de universidades. Me bajo a la calle y me entra una extraña alegría de saber que hay algo mas que el techo del salón de casa, ese rectángulo que se divisa cuando estás tirado en el sofá.
El dolor tiene algo de exorcismo, sabes que con él te librarás de muchas cosas.
Los ojos comienzan a acostumbrarse a los colores, a las formas y dejan de ser esas letras sobre el papel, o sobre la pantalla, o sobre el ebook. Demasiadas pantallas para ojos de otras generaciones.Demasiadas pantallas para la vida.
Camino parque adentro y empiezo a cabilar (esa insoportable y fea costumbre)...me vienen a la mente esos dichos cubanos, que hace poco le oía a los pocos cubanos que conozco aquí:
"Agárrate de la brocha que me llevo la escalera"
"Chivo que rompe el tambor, con su pellejo paga"
Me sonrío y me digo que quizá la cuestión se trate de aferrarse a esa brocha porque jamás hay nada seguro y que quizá lo que hay que hacer es evitar romper el tambor.
La última vez que pasé algún tiempo en casa fue hace como 15 años.
Por esas casualidades recurrentes de la vida, vivía en la misma planta del edificio un señor mayor, quizá de unos 70 años, que era cubano. Mi amigo Olivio. En aquella época nos hacíamos mucha compañía.
Mejor dejaré un post sólo para él, hace años marchó, pero cada día lo recuerdo y sé que le gustaría verse retratado en exclusiva.
LLamo a ZoePé. Perdida en alguna aldea de Colorado, sin un latino a quien mostrar una sonrisa (por decir algo). Mas que contarle mis penas, me apetece saber cómo le va y si le entusiasma aquello. Parece que no, no hay mucho encanto en los rednecks y dudo que entiendan de la sofisticación y la sensualidad de un alma latina.
Esperemos que llegue a la gran ciudad, o al menos al calor de la segunda ciudad de los cubanos. Allí al abrigo de las palmeras y con el fresco invernal ha prometido rezar por mi con un mojito.
Comentarios
Ese mal cura rapido
Un abrazo.
:D