El síndrome del "enlistado"

Hace poco me di cuenta que tenía un problema. Iba a hablar de las adicciones, pero salvo el tabaco y alguna más sin importancia no tengo mucho que rascar...
Al menos nada comparable del síndrome de las listas, de la pertenencia a un grupo, de la disponibilidad de tu nombre entre la "masa".
Para resultar menos críptico explicaré qué me pasa, o relataré situaciones en las que me veo, sin que hasta hace poco fuese consciente de ello.
Recuerdo mis primeras angustias el día en que alguien, en uno de mis primeros trabajos aquí, se me acercó con un papel en la mano y me preguntó si iba a cooperar con el regalo a una compañera de trabajo que cumplía años. Como normalmente soy de naturaleza normal (espléndido para la media), le dije inmediatamente que sí, que colaboraría con la cantidad de dinero o lo que fuese. Mi compañero asintió con ligero movimiento y... entonces fue cuando todo se me vino abajo:
Sacó un boli y en aquél papel que llevaba en la mano comenzó a escribir mi nombre después de una lista de otros nombres, perfectamente ordenados, cada uno en un renglón y con los dos apellidos. Toda una lista.
- Mejor que no, le dije casi aterrorizado, mejor no me apuntes.
- ¿por qué? - me dijo sin pensárselo dos veces- ¿no te cae bien?
- si, le dije rápidamente, si es necesario te doy el dinero, sólo que no quiero estar en ese papel.
- bueno, como quieras, son dos mil pesetas.
Le di automáticamente las dos mil pelas y me marché aliviado.

Una situación parecida siempre aparece, y en ese fenómeno, que como pesadilla recurrente, me veo siempre evitando la lista y aunque en muchos casos va en mi perjuicio (por ejemplo, me he llegado a borrar de citas de médicos o dentistas sólo porque me escribían en un papel ordenado con otros) siento alivio cuando escapo de ver o presentir mi nombre arropado entre dos, o entre uno y el principio o el final de algo.
Con los años he aprendido algunos truquillos, consistentes en mirar hacia otro sitio mientras imagino que la persona que me "incluye" en sus "datos", lo hace en un papelillo sin importancia, cuadrado y sin que tenga que aparecer nadie más, ni siquiera que se le de importancia a que yo esté o no. Creo que hasta puedo sacrificar de ser atendido o tomado en cuenta si ese es el precio que debo pagar por no estar "enlistado".

Hay situaciones regularmente angustiosas, como cuando me pasan el listado telefónico de las extensiones de mi empresa:
Abro entonces la hoja de Excel, localizo mi nombre, mis dos apellidos e inmediatamente suprimo toda la fila. Después (esta traquimaña la aprendí mas tarde) llamo educadamente a la secretaria que la ha hecho circular y le digo que he encontrado un error en el "listado" (decir lista me puede provocar casi un vómito) y que no se preocupe, que ya lo he corregido y que se la envío de inmediato para que la distribuya de nuevo, con la salvedad importante que borren el archivo anterior para evitar confusiones.

Cuando asisto a una reunión y pasan un papel para recoger la asistencia, suelo escaquearme y no firmar, y si me siendo demasiado presionado por el que está a mi lado y al otro, me invento un nombre (no recurro a personajes históricos, ni jugadores de béisbol como hacía cuando era joven).
Si la lista viene hecha, y sólo tengo que marcar al lado de mi nombre, el proceso es más penoso aún. Tan guarro como cuando era niño, me humedezco la yema del dedo con saliva hasta dejar en mi nombre una mancha ilegible. Me he comprado un frasco de tipex para meterlo en el bolsillo de la chaqueta y así poder "rectificar" mi nombre.
No sé qué me voy a hacer en las próximas elecciones generales. Hasta ahora me he sobrepuesto, pero esta vez creo que no podré soportar verme en esos folios tamaño A4 pegados en el cristal del colegio electoral. No es por Zapatero, que el pobre, lo está haciendo muy bien por todos nosotros (o mas bien a nosotros) y todo eso…tampoco es por el PP a quien nunca le votaré…es por este mal que tengo que me confunde con lo bien que lo hace el PSOE.
Aún así, estoy mejor, al menos ya logro asumir esto como un "problema" a resolver. Lo que aún no comprendo bien es por que esa resistencia, un tío sociable, que además de estar bastante rodeado de gente, la gente me gusta (por lo general), y tampoco soy renuente a que me identifiquen con quienes hablo, río o trabajo.

Pero hoy he descubierto un documental que me ha aclarado muchas dudas. Me he sonreído recordando algunas situaciones que eran parte de mi vida...esa que se asentó hace 20 años y sólo queda para patear mi subconsciente. Al menos me he dado cuenta de que no es de Marte este síndrome de la lista y sí de un sitio cálido y tropical

Que me pongan en la lista from Ernesto Hernandez on Vimeo.