Palermo

"No dudo que cuando se bajen del coche sean buenas personas"
(Charly después de aparcar en Palermo).

Palermo es una ciudad caótica. Quizá la mas caótica de todas las que vimos en el viaje. Si entras en la ciudad por uno de esos barrios que bordean la periferia, encuentras que mas que Italia parece África subsahariana.
Muchos, muchos negros en la calle, algunos detrás de algún negocio, otros simplemente andando o agrupados en las esquinas viendo el tiempo "pasar". Hay ciudades que se diferencian por eso. Recuerdo que en La Habana podía verse gente que deambulaba por la calle o permanecía en una esquina sin rumbo o aparentemente sin nada que hacer.
Eso mismo vi en ese barrio periférico de Palermo. Los edificios variopintos, con estilos diferente, en su mayoría feos. Ya en el centro la arquitectura parece mas cuidada y se pueden ver hermosos edificios y palacetes de principios del SXX.
En Palermo no se conduce... se libra una batalla de quién llena la calle o mueve el coche... lo mas rápidamente y sin ver si eso dificulta el paso de alguien ... cuando alguien está al volante, lo hace como si fuese a conducir una aplanadora.
Recuerdo que paramos en un disco rojo, después de un ligero atasco. Al ponerse la roja, quedamos de primeros. Todos los coches que estaban detrás comenzaron a pitar agresivamente, como diciendo, queremos seguir y un semáforo en rojo no dice nada.
Yo tenía una extraña sensación de haber llegado ya a la última ciudad, con el último reducto de civilización antes de la barbarie total. Aunque la gente no parecía agresiva, había algo salvaje en el andar por allí, en el mirar... era curioso... un desorden impropio del continente y un vivir al margen de cualquier cosa que significara cuidar la integridad propia o la de los demás.
Paseando por el centro, después de haber visto la catedral y quizá lo mas turístico, nos adentramos en un mercadillo que apareció en una calle estrecha. A medida en que nos metíamos en el barrio mis ojos no daban crédito al ver que me habían transportado a un país del tercer o cuarto mundo: perros callejeros comiendo de las sobras, peleándose por un pedazo de hueso lleno de moscas, ventanas y puertas abiertas de par en par donde se veían los pobres enseres de la gente. Edificios que se caían, aún en peor estado que en La Habana Vieja y una mezcla de orientales, negros y sicilianos que llenaban el mercado, con sus puestos llenos de mercancía falsa,
desde los Dolce Gabana hasta los Patek Philip. Una vez abierta la guía, me enteré que ese barrio tan lleno de imágenes y pobreza se llamaba Il Capo. Menudo nombre para la miseria.
Además me llamaba la atención la cantidad de hombre reunidos, en las esquinas, a mitad de calle, dentro de un salón de una casa. Hay algo masculino muy gregario (quizá por no llamarlo machista), que me recuerda las ciudades árabes.

Cerca de la Catedral, nos aventuramos en un restaurante pequeño, en una estrecha calle que no impedía poner unas mesas y montar una terraza. Una "mamma", no muy mayor, ni tampoco gorda daba órdenes a diestra y siniestra. En la mesa de al lado, un grupo de franceses rechazaba un plato que había pedido. Ni corta ni perezosa, la "mamma" después de espetarle unos cuantos gritos se acercó a nuestra mesa, poniéndonos el plato rechazado y casi ordenándonos:
- Mangiare, mangiare (y entre líneas yo también leía, comed vosotros que éstos franceses son gilipollas)
Yo de inmediato me empecé a comer aquel antipasto, no sé si porque tenía hambre o porque me parecía natural darles un poco por el culo a los franceses.. :-)
Al poco rato se nos acercó y por lo que entendimos nos preguntó a gritos que si había estado bueno (para que los franchutes oyeran).
Comimos muy bien, e infinitamente mas barato que en Madrid, por supuesto. Al salir del restaurante cuál sería mi sorpresa al encontrar en aquella estrecha calle un niño con ... un caballo!!! Cuando enfoqué con mi cámara, el resto de los críos que le acompañaban comenzaron a gritar "Foto no, foto no".

No sé si será una costumbre de allí, huir de las cámaras. Pero como les dije antes, muchas fotos quedaron en mi retina. Fue de los sitios que más me gustó del viaje y en el que mayor adrenalina segregué.
No fui capaz de hacerlas por un extraño respeto a la gente y a veces por un miedo... también a alguna gente!.

Fotos de Palermo aquí

Comentarios

Juncal ha dicho que…
Ya estoy oliendo la humedad de los sótanos y el moho de las paredes.............

;-)
TORO SALVAJE ha dicho que…
Vaya con Palermo.
Mejor que no hicieras fotos, mejor no llevarles la contraria.
No imaginaba que estuviera todo tan deteriorado.

Saludos.
Juncal ha dicho que…
Miro las fotos y realmente algunas calles me recuerdan a Obra Pía o Mercaderes....
:-)
Lo del punto machista...me parece que un poco sí.

Sigo escudriñando.
Un beso.
Nacho ha dicho que…
Después de leer y ver sobre Palermo y añadiendolo a experiencias propias y lo que tu nos cuentas de los viajes, me doy cuenta que a pesar del Gobierno que tengamos(incluso el Ansar) no hay lugar como este para vivir.
Se que me quedan muchos paises por conocer pero viendo lo que veo, creo que solo de visita.
Espero no haber parecido un poco chovista, no soy muy patriotico.
Un abrazo.

PD.
Muy bonita la foto del puesto de reventa de tabaco.
Fatima ha dicho que…
Juers.. estoy por irme a Italia :)

Besos
JOAKO ha dicho que…
Y de aquí no se puede decir eso de "Hay que ir a verlo antes de que muera Fidel", aquí no tienen escusa. Me encantaría ir a verlo con mis propios ojos. Excelente, como siempre.
Alberto ha dicho que…
como siempre excelente descripción que me ha hecho trasladarme allí durante unos momentos..
Gracias por contarnoslo.
Un abrazo

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