Been in and out of NY

Nueva York me lleva a otras partes, a los sitios de la gente que vive aquí. El universo tiene un link aquí y la historia no siempre ocurre en este lugar, sino que apunta a otros lugares.

Estar de nuevo aquí me hace pensar que para dejarme a mi mismo tendré que viajar a otro lugar.

Es Halloween, y la gente se esconde, se transfigura, deja lo que es por un dia para ser otro...hay un ansia especial en ser el que se esconde y que puede no ser ya mas el que se es.

La ciudad me arropa por lo ya conocido y los amigos hacen siempre la estancia mucho mas acogedora que lo que podría ser la vida en este sitio.

Tengo una nueva compañera de paseos, de 18 años, que sueña con matricular en la escuela de Visual Arts de NY. Parece que salta en el aire cada vez que se mueve y su delgadez y su altura le hacen como una especie de saltamontes que mira la ciudad con los ojos que le vi. yo la primera vez.

Río mucho todos estos días con los disparates historias de los amigos. Cada historia merecería ser escrita en una de estas sagas de familias latinoamericanas, pero siento que no seré capaz de contar realmente que puede pasar, por ejemplo, por la cabeza de alguien que después de vivir y trabajar exitosamente en una “gran compañía” en NY, se interna en las llanuras venezolanas para llevar sola una hacienda. Donde las 200 vacas se conocen cada una por su nombre y por su número.
Los ríos se desbordan por las lluvias, inundan el terraplén y ni los 4x4 pueden entrar o salir.
Una mujer de unos 50 años permanece incomunicada, apenas el generador eléctrico que tiene le da para cargar el móvil que solo tiene cobertura en un ridículo sitio al descampado y la única compañía que comparte es la de un murciélago que habita en una esquina del baño, una rana que permanece detrás del lavadero y un viejo perro que le acompaña y que anda despacio con sus años y dolores.
No hay futuro en ese lugar como apenas hay mas presente que esa soledad que raya en la locura. Y allí permanece desafiando lo absurdo de tratar de vender una leche por debajo de su costo de producción y permaneciendo meses sin poder salir de aquel sitio de barro.
Añorará esa ciudad de cristales y cemento, de multitud de caras que no se parecen a los indios que le rodean?

Quizá no hace falta plantearse ni la pregunta. Las huellas de un sitio nos empujan a otro donde quizá no queremos recordar quienes hemos sido ni donde hemos estado...

Comentarios

Juncal ha dicho que…
Pero mira, por Dios, desde dónde nos escribes ??
¿Pero ya? (si saliste el otro día...). Jajaja, esto tuyo tiene un nombre clínico:
"deserción crónica".
Y las personas -que no
personajes - que escoges para tus textos parecen la representación misma de tus necesidades. La jovencita que se llena de proyectos y se quiere comer el mundo y el hombre maduro que escapa desengañado de su sueño conseguido, podrían ser ni más ni menos que la encarnación de tus instintos.
Y que mejor manera de darles rienda suelta que ponerles a vivir en cada viaje.
Componer y romper, absorber y expulsar, encontrar y abandonar. Dos aventuras diferentes (pero simultáneas) en el mismo recorrido.
Y claro, vienes como nuevo.
Definitivamente puede resultar una terapia de resultados milagrosos si se la sabe exprimir (que tampoco es tan fácil. Se necesita actitud.)
¿Lo da la Seguridad Social?
Voy a apuntarme en lista de espera, espera.
Pues ¡ hale ! a comer con esos ojos y desde aquí te deseo BUEN PROVECHO Albertín

Esperamos tus noticias.
Un beso.
ZoePé ha dicho que…
Saberte allí es un placer. Saberte en camino a otro lado, también.
El hypertext en el que se convierte NYC es el trampolín que te impulsa a moverte y tú mismo, que eres inquieto, Albertico.
Te seguimos, desde este espacio. Queremos más crónicas, más fotos.
Ahora, te dejo un beso de buenos días.
Alberto ha dicho que…
Hola CHicas (ZoeP y Juncal). Les escribo desde una terraza en el patio trasero de una casa en Chicago. Son las 9 am y ya esta helando, pero el pijama y la chaqueta no se llevan bien...si no fuera por este cigarrito mannanero no estaba aqui...
Me rei mucho con los aciertos de Juncal, pero creeme, la chica de 18 annos existe y tiene nombre y la mujer de 50 tambien existe y pertenecio a NY. Son las ultimas noticias de gente que pertenece o pertenecia aqui...:) Pero como bien dices parecen (y son) una proyeccion de uno mismo.
Zoep, nena, cambiare el link del hiperespacio a un sitio con playa y sol la proxima vez...besotes
Nacho ha dicho que…
merece la pena pasar frio por fumar un cigarrillo......

Disfrutelo...el viaje y el cigarrillo.

Abrazos.
Fá ha dicho que…
En uno de estos viajes eres capaz de quedarte por allí... :p
Apenas hace unos meses leía una crónica tuya desde NY. Mi madre diría que te mueves más que un garbanzo en la boca de un viejo (creo que garbanzo no era la palabra, era algo un poco más asqueroso).
Me das envidia. Mucha.
Disfruta, Al.
PD ¿volverás a Madrid antes de diciembre?
Alís ha dicho que…
Curiosas las historias que cuentas. No tanto la de la joven, porque a esa edad todos soñamos, sino más bien la de la mujer de 50 años (me gustó el comentario de Juncal sobre que son la encarnación de tus instintos).
No sé qué mueve a una huida tan radical, aunque lo intuyo.

Disfruta de tu viaje (es retórico, pues doy por supuesto que ya lo estás haciendo)

Besos
bambu222 ha dicho que…
Esta entrada me gusta,lo que cuentas y los personajes y cómo lo has contado,aunque sean reales darían para una entrada literaria. A tí te veo más místico,te sienta bien movertw.¿Dices que estás en Chicago?dicen que es una bonita ciudad disfruta.Beso.
JOAKO ha dicho que…
Nací y he vivido toda mi vida en la misma ciudad, y nunca la pulsión de viajar (no la de hacer turismo) venció a la de quedarme...pero no descarto nada.
Magda ha dicho que…
Ay, Albertin! Quizás ya has regresado de tu periplo por NY, pero espero no llegar tarde para añadir un comentario a tu relato, propio del mejor realismo mágico. Sobre todo el de la persona (que no personaje) de quien no sabes muy bien "(...) que después de vivir y trabajar exitosamente en una “gran compañía” en NY, se interna en las llanuras venezolanas para llevar sola una hacienda"... No pude evitar que me sonara familiar aquello de los nombres y números de las vacas, los ríos que se desbordan, el generador que no sirve, el murciélago y el sapo como animales de compañía. CASI se me asemejan (no tan melodramáticamente sino mas bien con tintes tragicómicos) a mi "pausa temporal" por tierras venezolanas, catapultada desde la multinacional que nos permitió coincidir. Las razones (conscientes o inconscientes) creo que las conoces. Pero creo que, si no se vuelve crónico, puede tratarse del permiso que uno se da, al menos una vez en la vida, de seguir un impulso de algo que SABES que lo tienes que vivir, y punto. Lo bueno es tener la opción de vivirlo, quitar la pausa (sin desandar el camino, por demás imposible) y volver a mirar a la vida, esperando - o no - un nuevo impulso, estando satisfecho de haberte atrevido a vivirlo. Gracias por este relato! Bss, Magda

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