Los tiranos y el poder

Estaba leyendo una novela en estos días, "La breve y maravillosa vida de Oscar Wao" y sin que llegue a acabarme de gustar, saco provecho de las descripciones del Trujillismo. Para los menores, Leónidas Trujillo fué un dictador que gobernó con mano de hierro República Dominicana durante 30 años.
Es famosa la casi biografía del tirano, en el libro de Vargas Llosa "La fiesta del chivo"; pero no sé por qué, a pesar de que en "La breve..." la historia de esa época de R. Dominicana es sólo un pasaje de la novela, sentí la represión y el genocidio más en esta novela que en la otra.
Los latinoamericanos, además de cosechar un acento suave y rítmico, coleccionamos tiranos de todos tipos y en todas las épocas. Algunos mas populares y otros menos.
Ahí están las novelas "Yo el Supremo" de Roa Bastos, "El recurso del método" de Carpentier , "El otoño del patriarca" de García Márquez o el "Tirano banderas" de Valle Inclán .
Hace poco leía sobre el libro de la biografía que se acaba de publicar sobre García Márquez y el autor, Gerald Martin y éste hablaba de la fascinación de GM con el poder y sobre todo de esos personajes que lo ostentan.
Trato de ir por la vida separando mis malas o buenas experiencias con las noticias, o con lo que dice la gente.
Eso me ayuda a tratar de ganar objetividad en las cosas, aunque no siempre lo consigo.
Pero lo primero que se me ocurrió pensar cuando leí lo de la fascinación fué, ¿qué resorte se
puede disparar en la mente de alguien para sentirse atraído por una imagen que yo encuentro de lo mas vulgar y enfermiza?.
El poder. El disfrute del poder. Con esto no juzgo a GM, que me parece un gran escritor y del que he disfrutado muchas de sus novelas.
No hay espacio para hacer una diatriba de todo lo que esto puede abarcar (la fascinación con el poder), ni tampoco argumentos a favor y en contra. Nunca he tenido "poder" y lo mas cercano que se puede llamar así, ha sido dirigir equipos de trabajo, o un departamento o ser profesor en una universidad. Siempre que sentí que tenía "poder", me horrorizó y lo sustituí por el compañerismo o la colaboración.
Entre las cosas extrañas que pensaba cuando era adolescente era cómo se podían sentir socialistas aquellos que se llamaban a sí mismos "Dictadura del Proletariado". Dictadura... ¿suena eso a socialismo? Pasé años lleno de confusiones, muchas de las cuales hoy conservo y al final creo que en mi imaginario los conceptos de socialismo son para mí los mas parecidos a la democracia. Que aunque imperfecta, falsa a veces en algunos sitios (véase Berlusconi y pandilla) es la que de alguna forma mayor participación social brinda. Y salvo excepciones (aunque suelen haber muchas) tiene un sistema de justicia independiente.
Cuando le comentaba a alguien que consideraba que del país donde yo venía había un gobierno de derechas, no de izquierdas, trataba de identificar toda la intransigencia, el "orden" y la represión con toda la conservaduría de derechas.
Creo que es complicado y veo que en cada sitio los términos y partidos se comportan de diferente forma.
A pesar de mis múltiples discusiones políticas con amigos, no suelo discutir de algo tan escurridizo con nadie a quien no conozca. No me protejo de nada, simplemente creo que es inútil mostrar diferencias teóricas con gente con quien tenemos que tender puentes y lograr relaciones. porque esa es la única forma que tenemos de convivir.
Aunque a veces me pregunto...¿debo dejarme de extrañar cuando veo a alguien fascinado por el poder ignorando los miles y millones que los padecen? ¿debo pensar que cuando un político viaja a Cuba y vuelve con dos presos políticos ha valido la pena sonreír? Quizá si, pero sigo encontrando el comportamiento del mundo tan extraño...
A veces siento si no debí haber echado las peleas que quizá al final terminen con los abusos del poder. A veces me pregunto si no es eso luchar por todos y no por uno mismo (como ha sido mi caso).
Lo que si tengo claro, que ante la fascinación por el poder, que no respeto, tengo la fascinación por quien tiene la valentía de plantarle cara: