Curiosidad

Esa maldita curiosidad por cosas me ha jugado a veces una mala pasada.
Corría el año 1985, yo estaba en Moscú, durante el invierno, como otras veces y el frío y la falta de luz me apabullaban.
Recuerdo que terminaba de trabajar a las 3 de la tarde y ya empezaba a anochecer. ¿qué hacer entonces?
Un día, caminando por una calle, me fijé que había gente que andaba de frente a mí, por la misma acera y rápidamente desaparecía entre dos edificios.
Me acerqué y aún no me daba cuénta dónde habían podido ir. Sólo un pasillo apenas entre dos de esas moles construídas en los años 30. Decidí entrar por espacio entre los dos edificios y a mitad de mi recorrido encontré una puerta, adosada en el lateral.
Abri la pesada puerta y descubrí algo que podía parecer una iglesia, pero que en realidad era una sinagoga.
Decenas de hombres con kipá dentro me miraron con la sospecha con que se mira al intruso. Me senté en un banco y esperé. Nadie se acercó a mi ni me dijo nada y yo seguí observando el ritual.
Volví muchas veces. No al mismo sitio.Descubrir otras sinagogas, no bien vistas, pero toleradas; esto se había convertido en un desafío mas que en una curiosidad inicial.
La mayor parte de ellas estaban ocultas entre dos edificios y la gente para acceder a ellas caminaba apresuradamente una vez que llegaba a la altura de la puerta al pasillo de acceso.
En todas se repetía mas o menos la misma estructura de acceso con pocas variantes.
Allí aprendí a conocer las fiestas judías: Rosh Hashaná , el "Año Nuevo",el Yom Kipur, "Día del Perdón". La gente en general era amable, después que te habían visto un par de veces y yo solía
acercarme al rabino después del oficio y decirle generalmente en inglés o en mi escaso ruso, que era un extranjero curioso por su religión y que si me permitía ir alguna vez. Salvo alguna excepción, no encontré nunca un rechazo, pero si quizá una mirada interrogadora que dudaba de los verdaderos motivos de mi presencia allí.
Siempre me mantuve al margen de las celebraciones y respetuosamente no hablaba prácticamente con nadie.
Para mí, encontrar el la época del telón de acero, algo que se salía de los discursos oficiales y que prácticamente se realizaba en la clandestinidad me causaba fascinación, y mas que la religión o sus costumbres, me atraía observar a la gente que conformaba esos grupos.
Después de un período descubriendo y visitando sinagogas decidí aventurarme con algo mucho mas visible, pero tampoco oficialmente reconocido como la iglesia ortodoxa rusa.
Recuerdo que me habían hablado de un monasterio, que quizá hoy en día es de obligada visita turística, pero que entonces estaba cerrado para el público, porque además albergaba un cementerio donde estaban enterrados algunos notorios disidentes y escritores como Chéjov, Bulgákov, etc.. El monasterio en cuestión era el monasterio de Novodévichy.
Me llegué un domingo de mañana, con mucha nieve pero con sol. En la puerta del recinto amurallado había dos guardias rusos que me gritaron "sacrita" (cerrado)cuando me fui a acercar a preguntarles. Así que me mantuve a distancia.
A unos pasos de mi, un tío con pinta occidental miraba la escena. Me hizo un gesto con la mano y me acerqué.
El tío me explicó que el conocía una entrada, donde el domingo de mañana un sacerdote salía a recoger a las viudas y familiares de algunos enterrados allí.
Dimos la vuelta alrededor del monasterio y allí estaba la pequeña cola de unas ocho o diez señoras mayores. A los pocos minutos apareció el cura y mirándonos de reojo nos dejó pasar
Me llamó la atención no sólo la belleza de la iglesia y del monasterio en general, sino también que no había reclinatorios y se rezaba arrodillado sobre el suelo...
No sé qué tiempo estuve allí...supongo que hasta mi recién adquirido compañero de infortunio me hizo otra seña para que saliéramos a ver las tumbas mas conocidas, las cuales me fue enseñando y contando quiénes eran y por qué eran considerados disidentes.
Hasta aquí todo fue bien con mi curiosidad, a pesar de que en la antigua URSS no estaba bien visto ser creyente, aunque ahora, ironías de la vida, vemos como el patriarca de la iglesia ortodoxa bendice al gobierno. Lo mas peligroso comenzó cuando me interesé en Moscú por el Budismo Zen ...(continuará)

Comentarios

TORO SALVAJE ha dicho que…
Jo, que interesante. A mí si que me ha fascinado la historia.
Te animo a seguirla.
Gracias.

Saludos.
Tacirupeca Jarro ha dicho que…
Bueno, por favor, ¿cómo nos dejas así en ascuas? Me parece todo tan interesante... y tu curiosidad es realmente un don.
un abrazo
Juncal ha dicho que…
Hola.
Precioso el candelabro de 7 brazos (Menorá).

Lo malo de tener curiosidad por las cosas es que tiene que ir acompañada de un cierto toque de atrevimiento
unido a un pellizco de valor.
Uff, y si te echan de mala manera...?
Desde luego,eres aventurero.
Veremos que te pasó con los
pacíficos budistas...o mejor dicho...qué les hiciste jaja.
Saludos
Juncal.
Nacho ha dicho que…
Yo, la verdad, tambien soy bastante curioso, pero a su vez soy bastante cortado y suele pasar que me quedo con las ganas de ver o hacer algo que atraía mi curiosidad.
Ahora tengo impaciencia por saber lo que te pasó con el Budismo en Moscú.Esto parece cotilleo, más que curiosidad.
Un abrazo.
Vintage ha dicho que…
Pues yo jamás he sentido ese tipo de curiosidad, simplemente me acerco a la religión por el arte, nada más

muakkkkkkkkkkkkkkkkk
bambu222 ha dicho que…
En Toledo entré a una sinagoga
judía, aunque más bien era un museo; la verdad es que me impresionó mucho una sala casi vacía donde sólo había un candelabro, un bonito techo y sonaba una música especial;la curiosidad me llama a seguir indagando en el mundo de los judíos...me gustaría tener más tiempo para hacerlo..sus costumbres...la cábala...no olvidemos que muchos descendemos de ellos aunque lo ignoremos.Ah cuenta lo del budismo en Rusia,tengo interés en saber que pasó..Abrazo.
Raúl ha dicho que…
Me tienes atrapado, espero la continuación. De seguro que hubiese ido haciendo lo mismo que tú, para eso soy muy curioso. Y lo de ver esos sitios 'prohibidos', donde se guardaba un poco algo valioso.. jue, increible.
JOAKO ha dicho que…
¡Menuda historía!
Parece sacada de una novela, o mejor es un excelente comienzo para una. Te envidio ese mundo que descubro que tienes. Yo siempre he sido de los que entran y miran.
Alberto ha dicho que…
ToroSalvaje:
Me alegro que te guste. La semana próxima la continúo.
Un abrazo


Magnolia:

Todo tiene su tiempo, y el suspense es parte de la gracia. No se si mi curiosidad es un don o no, ya lo he asumido como algo inevitable.
Un abrazo


Juncal:

También a mi me gustan los Menorá.
He asumido el toque de atreviviento adherido a la curiosidad y generalmente no me quedo con las ganas de hacer algo cuando quiero saber algo... supongo que eso trae problemas, pero mas dolores de cabeza me traeria quedarme con las ganas.
Te aseguro en nada de lo que he hecho (y menos a los budistas) que perjudicado a nadie.
Un abrazo


Nacho:

Si te puedes aguantar de hacer algo y no te crea conflictos contigo, pues bien. Te ahorraras disgustos quizá.
Curiosidad y cotilleo...donde está la línea?
Un abrazo

Bolero:

La curiosidad no era mística o religiosa, mas bien era psico-social. La religión era solo parte del decorado.
Un abrazo

bambu222:

Cuarquier ritual tiene su encanto y además la parte buena de las religiones es que contienen muchas historias alrededor de esos rituales y de los objetos que se usan en ellos.
Bueno, ya te contaré que paso con los budistas, aunque la historia es muy diferente.
Un abrazo


Julián:

Pues la próxima vez que te metas en algún sitio "prohibido" nos los cuentas :-)
Un abrazo


Joako:

Hombre supongo que a todos nos pasan cosas. Solo hay que mirar a ellas y contarlas luego. No hay nada especial y también tu podrias contar algunas (de hecho lo haces) muy buenas
Un abrazo

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