Journey entre Queens y Manhattan sin fotos para turistas
Queens y Manhattan
El encuentro con Cepe y Mikelito me llenó de alegría. Aún recordábamos los abrazos de despedida de este verano, en el norte del estado de NY.
Ya en casa, las cosas parecen aún mas familiar que este barrio. La cocina donde Mikelito y yo solemos tomar el cafe bien temprano en la mañana y leer el periodico. El baño y la bañera, donde el gato azul Bluee se encamina cada vez que nos ve pasar y entra, se mete en ella y nos pide con un gesto de pata que le abramos el grifo, para retirarse y una vez cerrado, aprovechar las gotas que caen, jugar con ellas, extendiendo su pata. Curioso y bello animal, que además tiene una actitud hacia el agua no frecuente en los felinos.
Después de la noche en casa, tras la cena de Mikelito y el meat loaf que nos ha preparado y que para ser carne sabe a gloria, nos quedamos charlando hasta tarde.
La mañana en este barrio descubre un movimiento insólito. Gente de todo tipo que va y viene, algunos conscientes del invierno, otros con apenas camisetas de verano, aunque estemos a cero grado. Gente gorda, pieles negras, blancas, tez de indio, de chino, de latino.
Nos metemos en el metro que es para mi uno de los sitios de mejor espectáculo. Suelo hacer fotos desde ese metro, sin importarme los cristales sucios de los vagones. Me gustan las fotos que menos turísticas podrían ser, esas donde no he cuidado ni el encuadre, ni el objeto que se fotografia, si es ‘bonito’ o no. Me fascinan esas paredes de los edificios viejos, ya cerca del rio, que soportan inmensas pintadas.
Mas tarde el inevitable paseo en el ferry que va a Staten Island. Te alejas de la isla, te despides de ella para luego volver. Es un juego de niño que se lanza al aire y se vuelve a tomar en brazos.
Regreso a casa solo. Si alguna vez hacen este viaje, guarden una tarde o un día para pasearse solo. Es la manera de sentir que ya pertenecías aquí mucho antes de llegar a esta ciudad.
fotos de hoy a partir de esta
El encuentro con Cepe y Mikelito me llenó de alegría. Aún recordábamos los abrazos de despedida de este verano, en el norte del estado de NY.
Ya en casa, las cosas parecen aún mas familiar que este barrio. La cocina donde Mikelito y yo solemos tomar el cafe bien temprano en la mañana y leer el periodico. El baño y la bañera, donde el gato azul Bluee se encamina cada vez que nos ve pasar y entra, se mete en ella y nos pide con un gesto de pata que le abramos el grifo, para retirarse y una vez cerrado, aprovechar las gotas que caen, jugar con ellas, extendiendo su pata. Curioso y bello animal, que además tiene una actitud hacia el agua no frecuente en los felinos.
Después de la noche en casa, tras la cena de Mikelito y el meat loaf que nos ha preparado y que para ser carne sabe a gloria, nos quedamos charlando hasta tarde.
La mañana en este barrio descubre un movimiento insólito. Gente de todo tipo que va y viene, algunos conscientes del invierno, otros con apenas camisetas de verano, aunque estemos a cero grado. Gente gorda, pieles negras, blancas, tez de indio, de chino, de latino.
Nos metemos en el metro que es para mi uno de los sitios de mejor espectáculo. Suelo hacer fotos desde ese metro, sin importarme los cristales sucios de los vagones. Me gustan las fotos que menos turísticas podrían ser, esas donde no he cuidado ni el encuadre, ni el objeto que se fotografia, si es ‘bonito’ o no. Me fascinan esas paredes de los edificios viejos, ya cerca del rio, que soportan inmensas pintadas.
Mas tarde el inevitable paseo en el ferry que va a Staten Island. Te alejas de la isla, te despides de ella para luego volver. Es un juego de niño que se lanza al aire y se vuelve a tomar en brazos.
Regreso a casa solo. Si alguna vez hacen este viaje, guarden una tarde o un día para pasearse solo. Es la manera de sentir que ya pertenecías aquí mucho antes de llegar a esta ciudad.
fotos de hoy a partir de esta
Comentarios
Lo primero que he hecho es venir y buscar mi nuevo post.
Gracias, Al.
Besos.
Un abrazo.
PD. Tengo un primo en Queens. Un primo que en realidad nació en la Habana y acabó en NY. Su padre (mi tío), uno de esos gallegos emigrantes, vive en Miami. Extrañas coincidencias...
Ahora mismo andas por los reinos de Jerome Charyn, el autor cuya tradución ando colgando.
De hecho, gran parte de su obra está centrada en la ciudad de NY.
A disfrutar de esos viajes en metro
Nino
Yo tambien estoy enterado de que el mundo se va a acabar...por que crees que estoy haciendo esta mi ultima visita a NY?
ZoePe:
Tu tan fiel como de costumbre. A ver si no te enganchas a este blog como a las series de la tele. Besos
Joako:
NY merece la pena (al menos para mi). Es la ciudad-ciudad que al menos siempre quise para mi, a pesar de poder vivir en ella y no hacerlo (contradictorio no?). Queens tiene un encanto especial y muchas muchas historias. Si puedes visitar alguna vez a esa prima no lo dudes.
Un saludo
Fatima:
Ya ves que la historia de los cubano-espannoles se repite, puedo citarte al menos 10 familias mas asi... te remito al comentario de ZoePe sobre el enganche. A ver si vais a tener que ir a rehabilitacion cuando deje de escribir el blog :) Besos
Nino:
No he leido nada de Jerome Charyn, pero me lo he apuntado para cuando vea un libro suyo. A ver si tengo mas tiempo de echarle un vistazo a tu blog, de vacaciones no se puede ser turista, bloggler y lector todo el tiempo. Un abrazo