Problemas con la autoridad

No voy a mencionar la cantidad de veces que he tropezado y tropiezo con "la autoridad", pero vengo jocoso de levantar 2 barreras y salir de un edificio con una moto sin aparentemente "tener autorización". Yo la tenía, lo juro, pero como siempre ocurre con las burocracias (aún electrónicas), los permisos caducan, se pierden o se niegan por caprichos hasta de los circuitos electrónicos.

Hace un año, como diria Salander , antes "de todo lo malo", yo compartía moto con una entonces compañera de juegos, cómplice y colega de trabajo.

Desde los veintimuypocos años siempre tuve moto: en Cuba, una Karpaty soviética, la cual después que me marché mi hermano la llevó a un mecánico que le preguntó que con qué milagro la hacía yo andar. No sé exactamente la suerte de mi Karpaty, en teoría, después que yo me marché nadie "legalmente" podría haberla utilizado. Se que mi hermano la usó un tiempo, y cuando él se marchó de Cuba, la usó mi cuñado...

Después tuve una Peugeot aquí. Un scooter que me llevaba y que me traía por la ciudad, justo lo necesario. Nunca me han gustado los coches, y mi carnet de conducir, emitido en La Habana, caducaba en el año 1997. Así que estuve "legal" o casi hasta aquella fecha.


Cuando me mudé de trabajo y dejé de currar dentro de la ciudad y me llevaban en coche todos los días al trabajo, regalé mi Peugeot a un cubano que pasó por aquí, después de lamentarse muchas veces del imposible transporte en Cuba, le dije:
- Allá abajo tienes mi moto, yo ya apenas la uso, si logras meterla en Cuba es tuya.

Aquello parecía fácil, pero el tío movió un mogollón de papeles y finalmente consiguió que fuera "donada" por mi a una institución del ministerio de Cultura de Cuba.

El resto del papeleo lo tuve que hacer yo aquí: darle de baja, decir que la enviaba fuera, etc, etc...

Cada vez que me intento mover en alguna dirección me abruman los papeles que me caen encima...generalmente para mal.

Pasó el tiempo y regresé a trabajar "dentro" de Madrid. Y María, una cómplice-compañera me propuso que yo usara su moto para ir y venir de mi casa y que ella la usaría para ir a comer a casa de su hermana a mediodía. Me gustaba el trato. Nos gustaba a ambos. Ella se quitaba de mantenerla, pagar el seguro, etc y yo la usaba para "ir y venir" que es para lo que se usan las cosas que tienen ruedas.

El 1 de septiembre me paró una patrulla. No haré la historia con todo los detalles, pues pertenece a "todo lo malo" y los polis se pusieron bastante chulos. Yo conducía una moto sin carnet (después del 1997 no me preocupé por llevar el mío encima. Después de mucho follón me citaron a una vista donde presenté (porque alguien se acordó que alguna vez tuve carnet) mi antiguo carnet caducado. Ya era distinto. Podía mostrar los seguros también en regla...aún así no me han dicho si me llevarán a juicio pues tienen que probar la "autenticidad" de mi caducado carnet de conducir.
Como lo traten de probar con las autoridades cubanas lo llevo claro :-).

En fin...que decidí no acercarme a una moto o a un coche en el resto de mi vida. La pereza de sacarme de nuevo un carnet de conducir, y la real fobia que me da tener coche, meterlo en esos atascos y aparcarlo me motivan muy poco.

Sé que lo tendré que hacer...pero de momento siempre encuentro un "luego".

Mi último episodio con las motos ocurrió hoy. La susodicha última moto en cuestión estaba aparcada desde hace un año en el parking de mi trabajo, en una plaza asignada a mi. Como solo yo podía sacarla, nos bajamos mi antigua compañera de juegos y yo y otro compañero que en teoría iba a recargar la batería en el caso que fuese necesaria.
Bajamos al parking y para nuestro asombro la moto arrancó de la primera después de que yo le pusiera el dedo encima.... Mi ex-compañera de juegos se subió y juntos enfilamos a la salida. Todo no podía ser tan perfecto. Al tratar de salir con mi tarjeta magnética, la valla no se abrió. El timbre para llamar a los guardas quye normalmente había, ya no estaba y nos vimos allí sin saber cómo salir. Un solidario compañero de la limpieza, con un mutismo impresionante pasó por nuestro lado y me levantó la barrera. Le dimos las gracias y seguimos...una nueva barrera tendríamos que encontrar. pero esta vez, sin hacer apenas otro segundo intento, al no abrir la tarjeta, empujamos la barrera nuevamente hacia arriba. Ya en la salida, una tercera barrera ya en la calle nos esperaba.
Justo cuando nos aproximábamos ví salir a un guardia, luego otro, y mas tarde un tercero.
Ya la hemos liado- dijo María
- Buenos días, ¿puedo salir? pregunté yo nada mas llegar a la altura de uno de los guardias.

- ¿pero cómo cree que puede salir si ha levantado dos barreras y se ha quedado tan tranquilo?- me respondió en ese tono que sólo la autoridad tiene
- ¿quizá subiendo la tercera barrera?- pregunté inocentemente.
Tomaron todos los datos, hicieron todas las averiguaciones, verificaron mi plaza de parking, mi nombre, la matricula...todo como lo hubiese hecho un policía nacional (no los culpo por ello, estaban haciendo su trabajo).Después de todas esas pesquisas me aconsejaron que pusiera una "incidencia" para que se me abrieran las puertas...

Y yo me pregunto....si la "autoridad" ya me conoce, y supongo que debe saber que soy un buen chico...¿por qué se empeña tanto en no dejarme "salir" ?

Que karma, Dios, que karma...