Berenice (que no es la de Poe)
Berenice, de Paul Freeman
Bere, Berenice es una amiga desde hace años. Nos une una extraña y a veces complicada amistad. Pero la siento sincera y le necesito.
Es una de esas chicas de conversación inteligente, ingenio y una calidez en su decir.
Berenice me cita a un bar que solemos ir. Son encuentros que se producen después de las vacaciones, o cuando ha pasado algun tiempo sin vernos (quiza dos o tres meses) o si desesperadamente no hemos tenido un interlocutor inteligente en ese tiempo. Todo tiene un tufillo de insolencia y autosuficiencia, pero les puedo asegurar que no nos creemos mejores que nadie, solo un poco mas "rarillos".
Intercambiamos algunas palabras acerca de las vacaciones. Y de lo mucho que echamos de menos no haberlas compartido este año.
Bere espera una casa (casi con la misma ilusion y dolor como se espera un hijo) y eso tiene promesa de vida futura.
Bere es soltera, no tiene compromisos formales, y me atreviría a decir que solo tiene sexo de tarde en tarde.
Es una chica seria, que no le faltan amigos y juergas moderadas, pero que me temo tiene un nivel de exigencia que no le permite tener sexo con un idiota, ni tenerlo tampoco con un erudito fisicamente indeseable.
Complicado ese asunto a veces. La calle esta llena de imbéciles y si te mueves en un mundillo intelectual, está llena de eruditos que necesitan a gritos un gimnasio, o un ortodoncista o un gastroenterologo por la halitosis.
Hablamos de su nueva vida, de su futura casa (apenas un estudio de 35 metros), de la hipoteca.
Bromeé con ella:
- Búscate un marido para pagar la hipoteca.
A lo cual ella respondió:
- estoy en ello.
Y yo añadí...
- No creo que tu seas de maridos que llegan a las 8 de la tarde, te dan mimitos, incluso hasta te pueden ayudar a hacer la cena, o fregar los platos, o pasear al perro; porque tendrías un perro y niñitos, no? Además de que le respetarás sus partidos de fútbol y harás que sólo tengáis los amigos comunes y por supuesto, nada de quedar conmigo en este bar, a deshoras, cuando deberías estar camino a tu casa.
Ella dijo:
¿por qué no? Eso es lo que quiero.
Me sorprendi semejante declaración en alguien por quien siempre habia tomado por muy libre, lejos de las rutinas de una existencia cuasi burguesa (aunque fuese con pocas pelas).
- En serio? ¿qué harías esas interminables tardes de domingo, cuando acaba la vida del fin de semana, y sólo puedes planchar camisas o ver como tu marido se duerme frente a la tele cuando alquilas "Lost in translation" ?
Apenas lo pensó, lo disparó como suena, con un tono decidido y casi desafiante:
- Me buscaré un amante. Si quiero vibrar de emoción, me busco un amante. Si no quiero bostezos a mi lado, me buscaré un amante. Si quiero sentir palpitar mi corazón o sonreir cada vez que aparezca ese alguien en la calle...pues me buscaré un amante.
Esas fueron mas o menos sus palabras. algunas no las recuerdo. Otras evidentemente no se si fueron mías o suyas o ambas al unísono.
Me pregunto si la vida está bien hecha.
Si el código de puedes y no debes está bien hecho.
De cualquier forma, la vida termina reescribiendolo todo. Lo acomoda todo, lo hace mas humano.
Charlamos mucho mas...de otras cosas, pero quizá el resto es para otro día.
Bere, Berenice es una amiga desde hace años. Nos une una extraña y a veces complicada amistad. Pero la siento sincera y le necesito.
Es una de esas chicas de conversación inteligente, ingenio y una calidez en su decir.
Berenice me cita a un bar que solemos ir. Son encuentros que se producen después de las vacaciones, o cuando ha pasado algun tiempo sin vernos (quiza dos o tres meses) o si desesperadamente no hemos tenido un interlocutor inteligente en ese tiempo. Todo tiene un tufillo de insolencia y autosuficiencia, pero les puedo asegurar que no nos creemos mejores que nadie, solo un poco mas "rarillos".
Intercambiamos algunas palabras acerca de las vacaciones. Y de lo mucho que echamos de menos no haberlas compartido este año.
Bere espera una casa (casi con la misma ilusion y dolor como se espera un hijo) y eso tiene promesa de vida futura.
Bere es soltera, no tiene compromisos formales, y me atreviría a decir que solo tiene sexo de tarde en tarde.
Es una chica seria, que no le faltan amigos y juergas moderadas, pero que me temo tiene un nivel de exigencia que no le permite tener sexo con un idiota, ni tenerlo tampoco con un erudito fisicamente indeseable.
Complicado ese asunto a veces. La calle esta llena de imbéciles y si te mueves en un mundillo intelectual, está llena de eruditos que necesitan a gritos un gimnasio, o un ortodoncista o un gastroenterologo por la halitosis.
Hablamos de su nueva vida, de su futura casa (apenas un estudio de 35 metros), de la hipoteca.
Bromeé con ella:
- Búscate un marido para pagar la hipoteca.
A lo cual ella respondió:
- estoy en ello.
Y yo añadí...
- No creo que tu seas de maridos que llegan a las 8 de la tarde, te dan mimitos, incluso hasta te pueden ayudar a hacer la cena, o fregar los platos, o pasear al perro; porque tendrías un perro y niñitos, no? Además de que le respetarás sus partidos de fútbol y harás que sólo tengáis los amigos comunes y por supuesto, nada de quedar conmigo en este bar, a deshoras, cuando deberías estar camino a tu casa.
Ella dijo:
¿por qué no? Eso es lo que quiero.
Me sorprendi semejante declaración en alguien por quien siempre habia tomado por muy libre, lejos de las rutinas de una existencia cuasi burguesa (aunque fuese con pocas pelas).
- En serio? ¿qué harías esas interminables tardes de domingo, cuando acaba la vida del fin de semana, y sólo puedes planchar camisas o ver como tu marido se duerme frente a la tele cuando alquilas "Lost in translation" ?
Apenas lo pensó, lo disparó como suena, con un tono decidido y casi desafiante:
- Me buscaré un amante. Si quiero vibrar de emoción, me busco un amante. Si no quiero bostezos a mi lado, me buscaré un amante. Si quiero sentir palpitar mi corazón o sonreir cada vez que aparezca ese alguien en la calle...pues me buscaré un amante.
Esas fueron mas o menos sus palabras. algunas no las recuerdo. Otras evidentemente no se si fueron mías o suyas o ambas al unísono.
Me pregunto si la vida está bien hecha.
Si el código de puedes y no debes está bien hecho.
De cualquier forma, la vida termina reescribiendolo todo. Lo acomoda todo, lo hace mas humano.
Charlamos mucho mas...de otras cosas, pero quizá el resto es para otro día.
Comentarios
Saludos.
De todas formas, también creo en la adaptabilidad del ser humano, que nos permite sobrevivir, y acoplarnos a nuevos ritmos de vida.
Por último, también creo que existe un hombre para Bere, ni tan guapo ni tan erudito, pero con quien pueda compartir intereses y vibrar en la cama.
Creo.
Un abrazo.
muakkkkkkkkkkkkkkkkk
¡¡ Qué me dices !!
¿Buscar un marido para compartir hipoteca?
Ay
Yo creí que al matrimonio se "incurría" por otros motivos... :-)
Un saludo
Disfruta
Juncal.
De tu descocada favorita!!! (espero)
Berenice es una mujer inteligente no me caben dudas.
Besos.
En primer lugar perdonen por lo mal que escribo.
En ningun momento habia un juicio moral en esta entrada, es mas, de ser asi, era favorable a Berenice. La cual es (doy fe) una chica inteligente y nada manipuladora.
En segundo lugar tratare de explicar que algunos/as resulven el problema de la rutina natural del matrimonio con una relacion extramatrimonial, la cual tampoco es juzgada en ningun sentido.
tercero: que es una lastima que la prota de esta historia haya encontrado mas interesante la entrada que lo que hablamos :), lo cual quiza desdice lo que he escrito en el apartado primero (de lo mal que escribo :))
cuarto. Como podeis ver, no hay recetas ni juicios para la vida de nadie y que cada cual es libre de montarselo como quiera o pueda.
Beos miamenses
Lo bueno de estos tiempos, es que nos permitimos romper los códigos. Y tienes razón: no hay receta, ni fórmula para vivir la vida.
Como dice un amigo muy querido, "uno hace lo que puede y lo que no lo compra hecho".
Se ve que disfrutas del viaje.
El papel que Berenice le otorga a su "amante por llegar" en contraposición a su "marido por descubrir" me parece muy sorprendente.
Antes de conocer a ninguno, ya les tiene asociadas funciones vitales.
Muchas veces las relaciones son como casas, a las que llegamos invitados, nos acomodan en una habitación y se nos impide vagabundear por el resto de la vivienda, pues no es nuestro sitio.
Cuídate
Nino
Un saludo a tu blog, le estoy dando una vuelta.
Un saludo a tu blog, le estoy dando una vuelta.
Bienvenido de nuevo a mi blog.
Me alegro que seas tan afortunado con tu pareja (no todos los casados pueden decir lo mismo). Yo me paseo por tu blog de ves en cuando aunque no te deje ningun comentario... me gusta la mirada que tienes sobre las cosas
Un saludote