El pañuelo de todos: Herta Muller
Un amigo me ha pasado el siguiente texto que es el dicurso de aceptacion del Nobel de literatura Herta Muller.
La sencillez del relato me conmovio y al mismo tiempo la sensacion que me trasmite la imagen del pañuelo me da la calidez que necesita un desamparado.
Podeis ver el texto completo aqui
Y el articulo en El Pais
Aqui van los dos primeros parrafos.
¿TIENES UN PAÑUELO? me preguntaba mi madre cada mañana en la puerta de casa, antes de que yo saliera a la calle. Yo no tenía el pañuelo, y como no lo tenía, regresaba a la habitación y sacaba un pañuelo. No tenía el pañuelo cada mañana, porque cada mañana aguardaba la pregunta. El pañuelo era la prueba de que mi madre me protegía por la mañana. A otras horas del día, más tarde o en otras circunstancias, quedaba a merced de mí misma.
La pregunta ¿TIENES UN PAÑUELO? era una ternura indirecta. Una directa hubiera sido penosa, algo que no existía entre los campesinos. El amor se disfrazaba de pregunta. Sólo así podía decirse a secas, en tono de orden, como las maniobras del trabajo. El hecho de que la voz fuera áspera realzaba incluso la ternura. Cada mañana estaba yo una vez sin pañuelo en la puerta, y una segunda vez con pañuelo. Sólo después salía a la calle, como si con el pañuelo también estuviera mi madre.
Y veinte años más tarde estaba hacía tiempo sola en la ciudad, como traductora en una fábrica de maquinarias. A las cinco de la mañana me levantaba, y a las seis y media empezaba el trabajo. Por la mañana resonaba el himno sobre el patio de la fábrica a través del altavoz, durante la pausa del mediodía se escuchaban los coros de los obreros. Pero los obreros, que estaban comiendo, tenían ojos vacíos como hojalata, manos embadurnadas de aceite, y su comida estaba envuelta en papel de periódico. Antes de comerse un trocito de tocino, le quitaban la tinta del periódico rascándola con el cuchillo. Dos años transcurrieron al trote de la cotidianeidad, cada día igual al otro.
Al tercer año se acabó la igualdad de los días. En el transcurso de una semana entró tres veces en mi oficina, a primera hora de la mañana, un hombre gigantesco, de huesos sólidos, con ojos azules centelleantes, un coloso del Servicio Secreto.
Comentarios
La encuentro a faltar.
Claro.
Saludos.
Toda la vida, mi madre, antes de salir de casa, siempre me ha preguntado que si llevaba pañuelo.
Yo nunca le llevaba, siempre mi respuesta era: ¿para que quiero un pañuelo?
y así todas las mañanas..
Gracias
un abrazo
Un beso, Alb.
La ternura indirecta ...
La vida esta llena de sentimientos escondidos tras gestos cotidianos.
Cuando se identifican tienen más valor que unas simples palabras recitadas.
Besos.
Mi madre, todas las mañanas, me pregunta si llevo el móvil (no es lo mismo, claro, los tiempos han cambiado y los kleenex se compran en el primer semáforo). Hay días que tengo paciencia y le digo con cariño "que sí, pesada...!" y hay días que directamente le lanzo una mirada borde de "déjame en paz que aún no son las 9 y ya le hemos tenido" (teniendo en cuenta que viene casi todos los días a despertarme a casa entre las 7 y las 8) :). La verdad es que nunca lo he visto como una prueba de amor... más bien de tocapelotas. Pero leer este texto me hace pensar en todo lo que una madre hace (aún corriendo el riesgo de ser una pesada) y en esa forma de ternura.
Besos hasta nuevayol...
La capacidad de ver un mundo increible en el simple escalon de una escalera .
Un pesamiento altamente positivo frente a cada adversidad de la vida