Llegó el Otoño.
Ahora que soy un peatón todos los días de la semana y voy con el olor de humanidad en el metro, recién ahora me doy cuenta que llegó el otoño.
Suelo atravezar el parque que hay frente a casa. Las hojas amarillean o enrojecen, algunas incluso empiezan a caer.
Siento la resignación propia (y colectiva también) de que pasó el verano, con sus vacaciones y su perdón por la lacitud del ritmo de la ciudad, del trabajo, de sus gentes.
Nunca me gustó el verano. Demasiado caluroso y pegajoso. Lleno de críos por todas partes; padres en bermudas empujando cochecitos...imágenes de una ternura estival que nunca he compartido.
Regreso a mis antiguos hábitos y trato de disfrutar el otoño, como antes lo hacía. El silencio que se empieza a hacer en el hueco del tiempo con un sol que no grita. El frío de las mañanas que empieza a amortiguar los pasos.
El recuerdo de otros otoños felices.
Aún asi, feliz con la llegada del otoño, echaré infinitamente de menos este verano.
Comentarios
Pero acá, ahora, es primavera y como bien dices, empieza a sentirse el vaho del calor y sus fluidos pegajosos.
Feliz otoño!!!
a buscar y guardar el mapa
para cuando me atreva a salir con los enanos por el monte......
He leído tu blog sobre el verano-otoño, a mi me encanta el verano, pero
mejor del norte de España, lo tienes todo:
puedes bañarte y disfrutar también del día completo, no como en Madrí que
entre las 11 y las 8 de la tarde
hay que estar en atrincherado con el gazpacho y medio en pelotas a ser
posible, y además en Asturias hasta
puedes dormir! y sin acordarte de la madre que parió al calor plomizo.
Estoy de acuerdo en lo de que los niños en sobredosis no hay quien lo
aguante, cuando recuerdo mis viajes
a Paris, desde marzo hasta septiembre, con todo el avión lleno de niños
(muchos maleducados, como los padres)
dando patadas al asiento de delante con unas orejas de mickey en la cabeza,
se me abren las carnes..
Lo que no me gusta del otoño es que los jefes vuelven todos de vacaciones
puntuales como un dolor de gota .... qué cruz
bueno ánimo, un abrazote
Me gustan los colores del otoño, las alfonbras de hojas ocres, amarillas, rojizas, sus atardeceres tenues, sus amaneceres tímidos.
Y también me gusta la tranquilidad y la serenidad del otoño de la vida, pudiendo hacer cosas sin prisas, sabiendo lo que se quiere y lo que no, para algo tiene que servir la experiencia.
Aunque las vivencias también marcan, y un invierno puede ser la estación más cálida y hermosa de una vida.
Felices estaciones.
Irene: Gracias por tu comentario. Recuerdo los otoños especialmente dulces para mi. Lo de lo que se quiere y lo que no, trato de mantenerlo todas las estaciones. de momento, espero que al menos el otoño me abrace (que no me abrase)y juro que escribir esto ha sido dificil para mi :-)
muakkkkkkkkkkkkkkkk
besos
muakkkkkkk
digo yo, q es como no decir nada