Aeropuerto de Barajas
Allí estaba esperando. El vuelo llegaría de Amsterdam en una hora, esos retrasos europeos convertían los viajes en casi intercontinentales.
Mientras esperaba recordó toda la historia.
La había conocido en la Universidad. Ella estudiaba un año por encima de él, y en lugar de matemáticas, estudiaba psicología.
En la parada del autobús, ella le había mirado descaradamente invitándole a una conversación que no terminó nunca.
Con ella conoció el sexo como disfrute, mas que como la obligación de hacer el papel que los chicos de su edad asumían. ya eres universitario, ya te puedes empezar a tirar compañeras de curso(eran otros tiempos).
Sólo uno o dos años mayor que él, le pasaba lo que a las chicas de su edad: era mas madura, mas inteligente y mas perceptiva que cualquiera de los chicos. En su caso también aderezado por haber vivido en una ciudad inmensa, en el extranjero, de haber conocido gente diferente, de haber hecho el amor en mas de una forma...
El, pesar de sus temores,logró sopreponerse hasta quedar totalmente enamorado. Como nunca antes.Soñaba en el día que quizá pudiese casarse con ella, formar una familia, compartir un techo... todas esas ideas preconcebidas de la cultura judeo-cristiana. Se acostumbró al terminar sus clases en la escuela de Matemáticas,a marchar a la de ella, asistiendo a clases, compartiendo lo que ella , aprendía, aún después de que todo pasara...
Después de seis meses en los cuales iba de un descubrimiento en otro: el lenguaje de las manos, el tacto del cuerpo, la excitación de la voz, todo y mas,que se añadían a lo normalmente sus colegas aprendían en los primeros pasos del sexo, los cuales se limitaban al movimiento mecánico de los genitales; después de la maravilla del saber, del descubrirse y conocerse, ella le dijo, un día cualquiera, en un sitio cualquiera:
- Tenemos que separarnos. Yo soy mayor que tú y me voy a casar con Fernando que se acaba de graduar y con quien seguramente tenga una niña.
No le parecía real todo aquello que pasaba. No creía oir bien. Después de rogar e implorar mas que por un "por qué?",por un "no me dejes"...se resignó.
Dos semanas después de casarse ella le llamó.
Y se siguieron viendo.
A pesar de su juventud,él tenía reparos en ver o saludar a su marido. Trataba de escabullirse cuando les veía juntos o evitaba las invitaciones que le hacían a la casa familiar. Y aún así, cualquier cosa que hiciera para no perderla era válida, por encima de su comodidad, de su moralidad o de su ética.
Después de dos años de matrimonio y además ese amor clandestino, una hija (se cumplieron sus pronósticos), ella le anunció que se separaba de su marido, y que quizá iniciaría con él una relación pública.
Fue así... por poco tiempo. Al cabo de apenas un mes, ella conoció a otro tío. Con quien se casó también.
Esta vez si bien la autoestima de él, resintió mas aún, por lo menos no le atormentaba el por qué.
Y se repitió la historia.
Ella le quiso ver de nuevo, y así volvió a establecer una relación de amantes.
Dos años mas tarde la noticia de su divorcio no le sorprendió.
Pero se negó a establecer la pantomima de antaño. El había conocido a alguien también y aunque accedió a continuar siendo su amante, quizá era la costumbre, el agradecimiento a toda una enseñanza y la nostalgia de la adolescencia la que le mantenían a disposición de ella. Nada mas.
Hubo un tercer matrimonio (no con él claro está). Para entonces la nostalgia de la adolescencia no era suficiente. Su vida había tomado otros derroteros y sólo la amistad era su nexo. Muchas cosas de esa historia habían condicionado su vida futura sin saberlo.
El se marchó del país algún tiempo después. Y sin proponérselo por primera vez en su vida ella no apereció ni en sus recuerdos....La comunicación no era fácil y la premura de una nueva vida no le dejaron pensar en ella...
Casi diez años mas tarde recibió un email. Era de ella, estaba en Amsterdam y quería verle. Llegaría a Madrid tal día en tal vuelo.
Su pequeña carta le hablaba de las vivencias compartidas, de su profundo amor a pesar de todo. Decía que quería verle, a pesar de que su último marido le esperaba en Canarias en unas semanas.
Volvió a mirar el reloj... aún faltaban 15 minutos...
Pensó de nuevo en ese último email... en ese comunicado de amor después de tantos comunicados de desamor.
Esta vez - se dijo- ...esta vez...
Se levantó antes de que anunciaran la llegada del vuelo y echó a andar de vuelta a casa, donde ninguna mujer le esperaba, para no encontrarla nunca mas.
Mientras esperaba recordó toda la historia.
La había conocido en la Universidad. Ella estudiaba un año por encima de él, y en lugar de matemáticas, estudiaba psicología.
En la parada del autobús, ella le había mirado descaradamente invitándole a una conversación que no terminó nunca.
Con ella conoció el sexo como disfrute, mas que como la obligación de hacer el papel que los chicos de su edad asumían. ya eres universitario, ya te puedes empezar a tirar compañeras de curso(eran otros tiempos).
Sólo uno o dos años mayor que él, le pasaba lo que a las chicas de su edad: era mas madura, mas inteligente y mas perceptiva que cualquiera de los chicos. En su caso también aderezado por haber vivido en una ciudad inmensa, en el extranjero, de haber conocido gente diferente, de haber hecho el amor en mas de una forma...
El, pesar de sus temores,logró sopreponerse hasta quedar totalmente enamorado. Como nunca antes.Soñaba en el día que quizá pudiese casarse con ella, formar una familia, compartir un techo... todas esas ideas preconcebidas de la cultura judeo-cristiana. Se acostumbró al terminar sus clases en la escuela de Matemáticas,a marchar a la de ella, asistiendo a clases, compartiendo lo que ella , aprendía, aún después de que todo pasara...
Después de seis meses en los cuales iba de un descubrimiento en otro: el lenguaje de las manos, el tacto del cuerpo, la excitación de la voz, todo y mas,que se añadían a lo normalmente sus colegas aprendían en los primeros pasos del sexo, los cuales se limitaban al movimiento mecánico de los genitales; después de la maravilla del saber, del descubrirse y conocerse, ella le dijo, un día cualquiera, en un sitio cualquiera:
- Tenemos que separarnos. Yo soy mayor que tú y me voy a casar con Fernando que se acaba de graduar y con quien seguramente tenga una niña.
No le parecía real todo aquello que pasaba. No creía oir bien. Después de rogar e implorar mas que por un "por qué?",por un "no me dejes"...se resignó.
Dos semanas después de casarse ella le llamó.
Y se siguieron viendo.
A pesar de su juventud,él tenía reparos en ver o saludar a su marido. Trataba de escabullirse cuando les veía juntos o evitaba las invitaciones que le hacían a la casa familiar. Y aún así, cualquier cosa que hiciera para no perderla era válida, por encima de su comodidad, de su moralidad o de su ética.
Después de dos años de matrimonio y además ese amor clandestino, una hija (se cumplieron sus pronósticos), ella le anunció que se separaba de su marido, y que quizá iniciaría con él una relación pública.
Fue así... por poco tiempo. Al cabo de apenas un mes, ella conoció a otro tío. Con quien se casó también.
Esta vez si bien la autoestima de él, resintió mas aún, por lo menos no le atormentaba el por qué.
Y se repitió la historia.
Ella le quiso ver de nuevo, y así volvió a establecer una relación de amantes.
Dos años mas tarde la noticia de su divorcio no le sorprendió.
Pero se negó a establecer la pantomima de antaño. El había conocido a alguien también y aunque accedió a continuar siendo su amante, quizá era la costumbre, el agradecimiento a toda una enseñanza y la nostalgia de la adolescencia la que le mantenían a disposición de ella. Nada mas.
Hubo un tercer matrimonio (no con él claro está). Para entonces la nostalgia de la adolescencia no era suficiente. Su vida había tomado otros derroteros y sólo la amistad era su nexo. Muchas cosas de esa historia habían condicionado su vida futura sin saberlo.
El se marchó del país algún tiempo después. Y sin proponérselo por primera vez en su vida ella no apereció ni en sus recuerdos....La comunicación no era fácil y la premura de una nueva vida no le dejaron pensar en ella...
Casi diez años mas tarde recibió un email. Era de ella, estaba en Amsterdam y quería verle. Llegaría a Madrid tal día en tal vuelo.
Su pequeña carta le hablaba de las vivencias compartidas, de su profundo amor a pesar de todo. Decía que quería verle, a pesar de que su último marido le esperaba en Canarias en unas semanas.
Volvió a mirar el reloj... aún faltaban 15 minutos...
Pensó de nuevo en ese último email... en ese comunicado de amor después de tantos comunicados de desamor.
Esta vez - se dijo- ...esta vez...
Se levantó antes de que anunciaran la llegada del vuelo y echó a andar de vuelta a casa, donde ninguna mujer le esperaba, para no encontrarla nunca mas.
Comentarios
Un beso.
156 abrazos
Y ahora dinos que además era rubia. La rubia .
**************
Pues tengo como la necesidad de relacionar este post con el anterior.
De alguna manera existe una conexión.
Quizá sea porque en ambos casos uno de los dos prefiere los "escarceos" que verse en un compromiso estable o porque necesita dos realidades (o mejor aún realidad y aventura.)
Será que a la rutina la adornan con un poco de adrenalina para sobrellevarla ??
Sera pánico a comprometerse?
Y lo curioso es que lo rechacen, aún habiendo comprobado lo bien que les va.
Mira que somos complicados.
Abrazos
Juncal.
Buen relato.
Engancha y no te deja hasta el final.
Saludos.
Al igual que tu personaje, yo pasé por ese ver una relación en lo que era una mera sucesión de encuentros.
Al igual que él, me vi una y otra vez amando a quien sólo me antojaba.
A diferencia de él, creo que ya no cruzaré una calle para saludarla. Sinceramente, no podría. Me volvería en una bestia humana.
Gracias por tu historia, Alberto. Me has hecho sentir más cuerdo en mi locura.
Cuídate
¿ O no ?
¿Y si era el amor de su vida?
Ahora estarían felizamante casados.
¿ O no ?
Un abrazo.
PD. ¿156 abrazos? La curiosidad me corroe.
Besos
Si he de ser sincera la intuición primera fue de Nacho.
Las cosas como son.
Pero me gustó lo de terrible.
No me lo quites.
Juncal.
Me gusta la historia de la sorprendente y bellisima rubia y el sorprendido matematico
Yo me quedo con que sus relaciones amorosas fueron sin más, estudios psico-amorosos, en los que analizó y contrastó diferentes hombres, amantes, cachos de carne..., el matemático nunca se percató.
salud
Si te hace ilusión lo de "terrible" no te lo quito :-)
A ver si cuando escribe Nacho lo piensa Juncal y viceversa? Es broma, sois perfectamente reconocibles en vuestra individualidad
Un besote
bambu222
Hay poco que entender, la gente es...sólo aceptamos o no. Por lo demás es una persona fantástica que a pesar de lo que parezca trasmitía muchímo amor.
Un abrazo
Miguel:
No creas.Quizá vividora en el concepto de vivir la vida con cierto grado de intensidad. En ese juego no hay buenos ni malos. Una vez adultos todos aceptamos o no jugar..asi que se jugó, hasta que se quiso.
No te conozco mucho, pero me atrevo a decir que no hubieses sido indiferente a ella en lo absoluto.
El matemático se percató...pero las ganancias secundarias que recibia le compensaban...asi es la vida
Un saludote
Sp
Me encanta esa imagen de noble caballero que tienes.
Un abrazote
Desde la perspectiva de los amores pasados, los que fueron pero no pudieron (o no quisieron) ser más.
Lo leo con más ternura y menos frivolidad.
(¡Qué más da si fue rubia alguna vez!)
Lo leo poniéndome en otro lugar. Quizás porque me es más cercano, también a mí. Porque a veces vuelven esos amores y una no sabe muy bien qué hacer con ellos.
Creo que estuvo bien levantarse del asiento.
La dignidad del matemático.
Un enorme abrazo
ZoePé, Sinplan:
Me alegro que pudiérais leerlo de un tirón...yo no pude revisarlo por pura pereza., por cierto ¿por que 156 abrazos exactamente?
Un abrazote
Juncal:
Estas chicas intuitivas son terribles. SI. era rubia. Ya vez cuanto me queda del recuerdo que a veces lo olvido :-)
No veo mucha relación con el post anterior. Los personajes eran totalmente diferentes.
En el caso de la rubia, no creo que tuviese temor de nada, creo que todo lo que hacía estaba perfectamente calculado (aunque no exento de afectividad). Creo que ella le quería, pero ni de lejos al mismo nivel que él.
En realidad no creo que él pasara a ser nada importante en la vida de ella, solo un capítulo que se repetía socorridamente. Y para nada le juzgo mal y además del afecto le tengo una especial simpatía.
Pero las cosas son como son (lo cual no dice nada) y es divertido hasta que uno encuentra que no lo es y se dice: Nunca mais...:-)
Besotes intuitiva Juncal
Ninus:
En el fondo no hay nada nuevo bajo el sol y creo que lo popular que puede tener cualquiera de estas historias es que se repiten en la vida de cualquiera de nosotros con mas o menos matices diferentes.
Creo que aprender a cruzar la calle y saludarle es un gesto de fortaleza. Piénsatelo. Se puede, te lo digo yo
Un abrazo
Nacho:
No creo que hubiese sido un matrimonio duradero (en caso de que se produjera). No sólo por ella (que no acostumbraba tener planes eternos), sino porque creo que tampoco el matemático estuviese hecho de esa pasta...hubiera descubierto otra vida, y hubiera volado. No creo en ninguna relación que el amor le haga esclavo a nadie del objeto amado...es absurdo e insano eso.
Así que la historia está perfecta así, sin agresiones de ninguna parte :-)
Otra intuitiva Fátima:
Ya tienes la respuesta , si era rubia. Si contamos todo pierde el encanto no? Pero en el fondo son historias muy correintes.
Un besote