La entrega del tiempo en tu puerta
Llevaba toda la mañana viendo descargar el camión: muebles
viejos, colchones usados, revistas, periódicos y carpetas de cartón rebosantes
de papeles.
Era un poco incomprensible (si algo hay que comprender),
pero la diferencia entre reciclar
muebles para una vivienda (como lo hizo en esa casita en la montaña) y acumular
trastos de todo tipo, sin sentido,
además de lo inservible de la mayoría, era grande. Y como en esos sitios
que se prestan a la vida contemplativa, de abrumador paisaje, la curiosidad por
otro ser humano que hace tareas que resultan inexplicables se convierte casi en
una obsesión.
Aún así, a la semana siguiente ya había prácticamente
olvidado el suceso cuando recibió el primer paquete. Abrió la puerta de la entrada y al mirar
hacia la verja del muro de piedra, vio el sobre. Un sobre amarillo, un poco mas
grande de lo que comúnmente se ven, y abultado hasta el extremo del papel. No
había ningún papel o indicación en él, ni tampoco ningún trazo de letras donde
se le leyera el destinatario.
La prudencia de no saber si abrir o no un sobre, que a pesar
de estar en el muro de la casa, no parecía destinado a nadie específicamente le
hizo demorar la tarea de mirar dentro y observó detenidamente cada una de las
caras del sobre.
Después miró hacia la calle, arriba y abajo ... llevaría mucho tiempo allí, quién lo habría "entregado" a la casa?
Después de unos segundos, lo abrió. Un montón de papeles y
recortes salieron casi volando, la mayoría se cayeron a sus pies, eran recortes de periódicos o páginas
enteras de algún diario de tirada provincial: El adelantado de Segovia , La
última noticia, y además facturas de arreglos de motores, facturas de
ferretería y hasta de un banquete celebrado en El Espinar en …. 1953!!!
No tenía sentido.
Mas que buscar el contenido de aquellos papeles, trató de
buscar fechas, días coincidentes, algo que le regresara al orden del tiempo.
Después que se ordena el tiempo transcurrido, se ordenan las cosas, pensó
Nada. Podía encontrar un periódico de 1964 detrás de un memo
de alguna cocina de una casa donde se podía leer: habichuelas para el martes,
endivias el miércoles….qué martes? Qué miércoles? Del año 1953 como el banquete
o como la noticia de hace 10 años de ese periódico de hojas menos amarillas que
el resto.
Pensó:
¿recibo el tiempo pasado en casa? ¿recibo la advertencia de
que debo empezar a poner orden cronológico, las cosas, los sucesos, las gentes?, ¿no hay mas que noticias viejas ya en la vida que queda?
¿es esto un castigo porque en la mente de mi madre deja de
existir la cronología y cada día que le veo contamos y recontamos cosas y ya
casi renuncio a cambiar su actual orden, ése en el que ella cree y vive ya?
Continuará…
Comentarios
Es que lo miramos con ojos de inexplicable.
Lo es para el camino al que estamos acostumbrados ( pasado, presente, ¿futuro?).
Sin esa estructura, todo es ahora. Algo me dice que se liberan de la nostalgia por la vida,Alberto ...
¿De que habla la expresión de su rostro ?
Un beso
Beso grande.