Recordar y tolerar
He descubierto que ya es tiempo para plantar cara y cerrarse en banda. Cuando provienes de algún estadío dictatorial pasa un tiempo de relax, relativizas la vida, las opiniones. Hay para ti siempre cabida para nuevas ideas, escuchas y tratas de compartir. Al menos así me pasó a mí. Hay quien por lo contrario se radicaliza en contra de sus malos recuerdos…y es que realmente siempre he pensado que es mejor flexibilizar la vida, la mente, las posiciones de gente tan distinta.
Miro a mi madre a quien mantengo entretenida con uno de esos chismes que confieso que me gustan, una tableta que me permite buscarle vídeos de una memoria que sólo dura unos instantes en su mente. Pero me apetece verle sonreír e identificar viejos programas de tele, viejas canciones…un mundo que para ella también se perdió también en su cabeza.
Hoy leí un artículo (en algún sitio, cada vez me tengo la memoria de mi madre y la determinación de mi padre), que hablaba de la degradación de los valores (esos que yo he relativizado a veces, otros no tanto). Mas bien era un escrito sobre la hartura de la hipocresía social (y política claro). Citaba algunos ejemplos reconocibles sin nombre. No era este señor o señora, era tan campaña, otro anuncio, nuestra mismo comportamiento a veces lleno de dobleces.
Hace unos días comentaba con un amigo del timo que para mí son las cafeteras de cápsulas, lamentando a su vez que ni siquiera su abultado precio llegue al pobre indio o negro que lo recoge o cultiva. Al mismo tiempo pensaba en mí , capaz de defender esa idea del absurdo consumismo e incapaz de dejar de comprar un nuevo gadget que no necesito.
Pero es que la avalancha de sucesos (en su mayoría nefastos) y opiniones acerca de la situación actual es tal, que lejos de prepararte para “la idea” (tu idea), el leer resulta bastante confuso o mas bien parecería que todos se empeñan en confundirte cada vez mas.
He llegado a la conclusión que ante la enorme sarta de análisis y opiniones hay que afincarse detrás de las de uno. Tiempos difíciles para ver el punto de vista del otro, relativizar las ideas o esperar a la solución final.
No hay solución final y tampoco hay mas tolerancia que la que no te llegue a hacer daño.
Ahí sigue mi madre entusiasmada con alguien de quien le tuve que dar su nombre de pila para que recordara … así que para lo que al final tendremos en la mente …que al menos sea bueno.
Para Fátima
Comentarios
¡Salvese quien pueda!
Y no vayas a creer, que dado como están las cosas, me parece hasta casi un regalo.
(Chapeau por ti por regalar instantes)
Por lo demás, no es que los valores(y/o su falta) se dirijan hacia la sociedad para la que fueron concebidos, es que ahora cada cual es su propia sociedad. Y además una pequeña sociedad sin criterio que la hacen más peligrosa todavía.
Bueno, a mi juicio, siempre a mi juicio. Igual es que roza con el juicio de los otros,que es lo que sucede con este batiborrillo que tenemos montado.
Pfffffffff
Hale, un beso Alberto.
No veo como nuestras propias conclusiones nos ayudaran cuando hagan falta, las mías no me ayudan ahora que casi no las necesito (con tanta conclusion ajena) pero a mi no me atiendas mucho,, otro abrazo
Gracias, Alberto. Por tus palabras, que me acompañan. Por tus reflexiones. Por estar por aquí. Y por querer hacer este viaje.