Primavera recobrada
Hay un afán (imagino humano) de tratar de "arreglar" las cosas cuando el entorno se torna áspero o difícil.
Y por "arreglar las cosas" no quiero decir solucionar un problema, que la mayor parte de las veces su solución es ajena y no depende de nosotros mismos.
Es simplemente crear un parapeto ante la adversidad.
Recuerdo cuando estaba interno en la escuela, niño aún o adolescente en ciernes y veía la hilera de literas del dormitorio escolar, con esa fría uniformidad que a su vez representaba el ambiente represor de donde estaba, decidí parapetarme detrás de una cartulina de color morado que encontré, a la cual añadí unas estrellas amarillas.
La pegué con 4 chinchetas al lado de mi cama, sobre el soporte de madera de la litera.
Como aquello era una indisciplina intolerable en la visión uniforme y oficial de la escuela, me la hicieron quitar.
La guardé cuidadosamente debajo del colchón, y cada noche después que apagaban las luces, la sacaba y la volvía a colocar con las 4 chinchetas.
El acto en sí, parecería absurdo, pues con la casi nula luz no podía ver aquella cartulina, pero me bastaba que estuviese allí, y en días de luna llena, alguna luz llegaba por asomo en la ventana y me regalaba el instante en que yo veía mi propia libertad en aquel cartón.
Esta historia es totalmente cierta. Y me ha acompañado muchas veces en mi vida aunque apenas si la he contado.
Y me pregunto cuántas veces cuando el entorno me es adverso, trato de adornarlo a mis ojos, no como símbolo de integración o capitulación, sino todo lo contrario.
Quizá eso me pasa con el jardín en Segovia. En aquella tierra árida de pinos, después que dos jardineros me dejaran esperando para nunca volver y arreglar aquél páramo.
Si lo tengo que hacer con mis propias manos y puedo, entonces lo logro.
Si mis manos no me dan, la cabeza se encargará de ello.
Miro el cielo gris de Madrid, lo lluvioso del tiempo sin sol, y miro hacia la minúscula terraza. Está llena de jardineras con tulipanes que han logrado brotar a pesar de lo torpe de mis cuidados y la escasa luz que han recibido.
Al mal tiempo, buena cara, no? - decía un refrán cubano que Nacho dirá que es español.
Leo los periódicos y los blogs que me llenan de ese entorno hostil en que se convierte la política y la sociedad en general.
Leo el procesamiento a Garzón y me indigno también. Me sorprendo al encontrar que tampoco Iván de la Nuez confía en la palabra "pueblo" para cambiar ningún rumbo.
Pero afortunadamente aún creo en los que creen en sí mismos, a título individual y quizás esos uno a uno logren al menos cambiarle esta mala cara al tiempo que nos toca vivir.
El día 24 habrá una manifestación a favor de Garzón. Yo iré allí, sin que me importe quiénes más estarán. Sacaré de nuevo las 4 chichetas y mi cartulina morada con estrellas y veremos qué pasa.
Firmas de apoyo a Garzón
Y por "arreglar las cosas" no quiero decir solucionar un problema, que la mayor parte de las veces su solución es ajena y no depende de nosotros mismos.
Es simplemente crear un parapeto ante la adversidad.
Recuerdo cuando estaba interno en la escuela, niño aún o adolescente en ciernes y veía la hilera de literas del dormitorio escolar, con esa fría uniformidad que a su vez representaba el ambiente represor de donde estaba, decidí parapetarme detrás de una cartulina de color morado que encontré, a la cual añadí unas estrellas amarillas.
La pegué con 4 chinchetas al lado de mi cama, sobre el soporte de madera de la litera.
Como aquello era una indisciplina intolerable en la visión uniforme y oficial de la escuela, me la hicieron quitar.
La guardé cuidadosamente debajo del colchón, y cada noche después que apagaban las luces, la sacaba y la volvía a colocar con las 4 chinchetas.
El acto en sí, parecería absurdo, pues con la casi nula luz no podía ver aquella cartulina, pero me bastaba que estuviese allí, y en días de luna llena, alguna luz llegaba por asomo en la ventana y me regalaba el instante en que yo veía mi propia libertad en aquel cartón.
Esta historia es totalmente cierta. Y me ha acompañado muchas veces en mi vida aunque apenas si la he contado.
Y me pregunto cuántas veces cuando el entorno me es adverso, trato de adornarlo a mis ojos, no como símbolo de integración o capitulación, sino todo lo contrario.
Quizá eso me pasa con el jardín en Segovia. En aquella tierra árida de pinos, después que dos jardineros me dejaran esperando para nunca volver y arreglar aquél páramo.
Si lo tengo que hacer con mis propias manos y puedo, entonces lo logro.
Si mis manos no me dan, la cabeza se encargará de ello.
Miro el cielo gris de Madrid, lo lluvioso del tiempo sin sol, y miro hacia la minúscula terraza. Está llena de jardineras con tulipanes que han logrado brotar a pesar de lo torpe de mis cuidados y la escasa luz que han recibido.
Al mal tiempo, buena cara, no? - decía un refrán cubano que Nacho dirá que es español.
Leo los periódicos y los blogs que me llenan de ese entorno hostil en que se convierte la política y la sociedad en general.
Leo el procesamiento a Garzón y me indigno también. Me sorprendo al encontrar que tampoco Iván de la Nuez confía en la palabra "pueblo" para cambiar ningún rumbo.
Pero afortunadamente aún creo en los que creen en sí mismos, a título individual y quizás esos uno a uno logren al menos cambiarle esta mala cara al tiempo que nos toca vivir.
El día 24 habrá una manifestación a favor de Garzón. Yo iré allí, sin que me importe quiénes más estarán. Sacaré de nuevo las 4 chichetas y mi cartulina morada con estrellas y veremos qué pasa.
Firmas de apoyo a Garzón
Comentarios
llegará la manifestación que te hará sentir mejor
.
.
y luego será al buen tiempo buena cara..
curioso lo de la cartulina y las estrellas, me ha gustado la historia
Un abrazo
¿Te das cuenta?
¿Eres consciente?
Tu cartulina morada con estrellas y tu rebeldía ante la uniformidad fue un auténtico "Némesis".
Otro.
El primero de los tuyos.
El tema de Garzón estuvo bien llevado ayer en La Noria (no se si lo viste).
Ahí pudimos deleitarnos con una serie de actitudes representativas de como son los que tejen el tema.
Terroríficos.
Sin embargo yo tengo una opinión que anteayer discutí con un cliente.
Deberíamos de pasar página y dejar el tema reposar (que los muertos ya lo hacen).
Me identifiqué con el criterio de Mª Anonia (la tertuliana).
Tampoco soy de manifestaciones y en este caso creo que sirvan para poco (incluso parece que podrían ser hasta contraproducentes).
Y volviendo a la cartulina, yo no tengo terraza ni tulipanes ni terrenito en Segovia pero SÍ imaginación a la que vuelo y me agarro con uñas y dientes cuando la cosa se pone imposible.
Es diferente, pero es algo
¿no?
Un beso primaveral aquí,hoy
Podría ser un cuento infantil imperecedero.
Saludos.
Parece que siempre se te dio bien. Deberían dar clases y enseñarnos. Yo me apuntaría a ese curso, pero ya.
Besos
Un beso, Al
Yo también hubiera ido a la manifestación.
Abrazo.
AH,ten paciencia que ya florecerán las plantas,ellas tienen otro ritmo.