Incómoda Primavera

No sé qué pasa este año. Una primavera que se niega a entrar, el hielo aún en las mañanas del jardín, los apenas brotes de los árboles. Pongo el riego automático un día de sol, y cuando llego a Madrid el pronóstico que se espera es de lluvia y quizá nieve.
Creo que cuando no acabas de acostumbrarte a un tiempo que cambia cada día y que apenas significa una evolución con respecto al día anterior, todo en tu vida parece que va así, apenas a empujones, repitiendo el patrón del día anterior, incomodándote como cuando te incomoda ponerte la chaqueta en un día mas cálido o helarte de frío un día supuesto a mangas de camisa.
Todo parece indicar, aún en la tele, esa gran referencia de nuestra cultura (muy a mi pesar), que todo marcha igual: los políticos siguen a empujones, lo políticamente correcto deriva a algo políticamente indecente. Se juzgan a los jueces y los chorizos se hacen estrellas de telenovelas (¿no tendremos un serial sobre Mario Conde ahora?).
Tenemos supuestamente una salida lenta de una crisis por defender los derechos de los trabajadores, pero empezamos a negociar que se pueda despedir mas barato.
Detesto la volubilidad de las cosas, el parecer que es cuando no es, el hoy somos así y mañana diferentes y pasado tal vez. Detesto esta primavera disfrazada de invierno o este invierno de anuncios primaverales. Detrás de cada decisión y cambio de rumbo que se produce cada segundo, creo encontrar una estafa, una acción planificada, no sólo desde la política, sino de los sentimientos de la gente, de la esencia de la naturaleza del tiempo este año.
Que no me digan que la primavera es así de caprichosa. Además de no ser cierto, no soporto los caprichos de cualquiera.
No caigo en el pesimismo, porque en realidad ya no espero mucho de nada, pero al menos que alguien (¿ese ser supremo discutido y negado aquí tantas veces?) diga que los días mejorarán sin que volvamos al frío y la lluvia del invierno. O que al menos nos instauren el invierno por decreto para que no esperemos mas primaveras. Y que cada día no nos vayan a joder con algo que: SI, pero NO.

A veces es mejor acostumbrarse a un SI o un NO que a un QUIZÁ.