El Viaje
Se supone que este blog vaya de eso. Quizá mas que el viaje como desplazamiento hacia otro sitio, es el viaje a sí mismo que conlleva viajar.
Esa suerte de introspeccion alrededor de nuestra cabeza, con la distancia que va desde nuestro cerebro al entorno. Y la vuelta del entorno a nuestra cabeza.
Este fin de semana hice otro viaje. Uno de esos que tu cuerpo se desplaza fisicamente y tu cabeza va con él.
Nunca experimente uno de esos "viajes" psicodelicos ayudado por las drogas, pero puedo quizá imaginar como son, cuando me preparo y empiezo a disfrutar
Desde que surge la idea del desplazamiento, encuentro las motivaciones para ir allí y comienzo a montarme mi película.
Un viaje con sensaciones. Con reflexiones acerca de esas sensaciones también.
Estando en Segovia, decidimos conocer Coca, un pueblo quiza a unos 70 km del mío. Aproximadamente la misma distancia de mi casa en Madrid. Un viaje al doble de la distancia semanalmente recorrida promete la sensacion de alejarse el doble de tu vida.
Planificas el trayecto, y escoges por supuesto, ése que te lleva por pequeñas carreteras, que atraviesa pueblos que vas descubiendo destrás del cristal del coche. Esos que generalmente comienzan con el campanario de una iglesia en el horizonte y terminan con la imagen del paisano que lleva el rebaño a pastar a la entrada del pueblo.
Y entre pueblo y pueblo el inmenso campo. Y te sorprenden las llanuras eternas de verdes (aun) y aún mas los bosques que interrumpen la monotonia de la llanura..
Vas repasando el trayecto que ya hiciste mentalmente y cada referencia que tienes en el papel se descubre en un letrero, o en una curva o en una montaña
Recorremos kilómetros y permanezco en silencio.
Hacerse parte del paisaje significa imaginar una pequeña historia en cada sitio, en ese bosque de pinos donde paseaba o el río que nos llevaba monte arriba, o aquella cabaña donde solíamos vernos furtivamente.
Siempre hay una historia.
Siempre.
Esa suerte de introspeccion alrededor de nuestra cabeza, con la distancia que va desde nuestro cerebro al entorno. Y la vuelta del entorno a nuestra cabeza.
Este fin de semana hice otro viaje. Uno de esos que tu cuerpo se desplaza fisicamente y tu cabeza va con él.
Nunca experimente uno de esos "viajes" psicodelicos ayudado por las drogas, pero puedo quizá imaginar como son, cuando me preparo y empiezo a disfrutar
Desde que surge la idea del desplazamiento, encuentro las motivaciones para ir allí y comienzo a montarme mi película.
Un viaje con sensaciones. Con reflexiones acerca de esas sensaciones también.
Estando en Segovia, decidimos conocer Coca, un pueblo quiza a unos 70 km del mío. Aproximadamente la misma distancia de mi casa en Madrid. Un viaje al doble de la distancia semanalmente recorrida promete la sensacion de alejarse el doble de tu vida.
Planificas el trayecto, y escoges por supuesto, ése que te lleva por pequeñas carreteras, que atraviesa pueblos que vas descubiendo destrás del cristal del coche. Esos que generalmente comienzan con el campanario de una iglesia en el horizonte y terminan con la imagen del paisano que lleva el rebaño a pastar a la entrada del pueblo.
Y entre pueblo y pueblo el inmenso campo. Y te sorprenden las llanuras eternas de verdes (aun) y aún mas los bosques que interrumpen la monotonia de la llanura..
Vas repasando el trayecto que ya hiciste mentalmente y cada referencia que tienes en el papel se descubre en un letrero, o en una curva o en una montaña
Recorremos kilómetros y permanezco en silencio.
Hacerse parte del paisaje significa imaginar una pequeña historia en cada sitio, en ese bosque de pinos donde paseaba o el río que nos llevaba monte arriba, o aquella cabaña donde solíamos vernos furtivamente.
Siempre hay una historia.
Siempre.
Comentarios
Un poco de turismo, manga corta ¡¡¡¡ y ganas de disfrutar.
Ay, esos pinares castellanos que tanto me gustan capaces de dar buen olor,buena sombra y buenos momentos aunque sean imaginados...
Besos
PD
Las ovejas que no falten...
Hermoso esto que escribiste, Albertico.
Los extraño.
Estoy de acuerdo.
Saludos.
Según te leia me vino a la mente el olor de los pinares cuando conducia, unico sentido que se puede relajar cuando conduces.
Un abrazo.
Bonita tu reflexión,estoy deseando coger la maleta.Abrazo.
Me alegro que te haya gustado
otro saludo para ti
Juncal:
¿te fijaste que las ovejas estan esquiladas en estas fotos? Ya veo que no se te va el detalle de nada. En este post he notado varias ausencias, pero veo que a ti no se te va nada.
Pos eso...camiseta y sol y a andar esos caminos de españa! :-) A ver si llego a Asturias patriaquerida que me gusta tanto....y donde tengo amigos, no?
ZoePe:
Estuviste, a veces en silencio, a veces con tu voz detras de mi oreja...¿como no se te ocurrió sentarte detras del piloto sino detras de mi? :-)
mas besotes
SinPlan:
Pero acaso uno no lo es todo? Quiero decir cada uno somos a la vez el camino, la vida y nosotros..Si no es asi, yo tengo un problema de identidad :-)
Un abrazote
Nachus:
Ahhhh no me descubras...que yo me hago de victima copiloto al ser un conductor lisiado por la , burocracia. Los pinares me huelen aún cuando estoy en madrid
Un abrazo
Lobita Hesse:
Bienvenida. Se nota que sabes emperar a saborear el viaje desde la idea.
Un saludote
bambu222 :
Gracias por el cumplido...Yo ya la empiezo a hacer (al menos mentalmente)...luego se materializa media hora antes de salir al aeropuerto
un beso
Todos los viajes la tienen. Solo espero que la de este sea buena. (A veces no lo son). Cuando se viaja hay que cambiar el chip y poner los cinco sentidos en el lugar al que has llegado. Empaparte de su historia, edificios, gente..
No se la razón del título del blog, pero la parte de arriesgar también tiene su punto en un viaje.
Un abrazo
Un saludote